La cruda realidad que viven los compradores de coches eléctricos tras el regreso de la gasolina

Las últimas estadísticas indican que actualmente en España hay un parque móvil de coches eléctricos que ronda las 150.000 unidades.

Esto supone menos de un 0,5 % para un parque móvil que actualmente se sitúa en torno a los 35 millones de coches, aunque respecto a este dato también hay dudas, pues algunas fuentes indican que en España hay un elevado parque móvil de vehículos fantasma que ya no existen aunque deberían estar dados de baja.

Coches fantasma

En cualquier caso se trata de una cifra insignificante si tenemos en cuenta el parque móvil actual y las ventas reales de este tipo de vehículos, que lejos de crecer han caído el año actual y se alejan de llegar a un 5 % del mercado.

Hablamos de unas matriculaciones anuales de unos 25.000 vehículos, 25.000 valientes que se atrevieron a seguir los consejos de Bruselas y del Gobierno y entrar de lleno en el universo de la electrificación.

Early adopters

Se trata en muchos casos de early adopters (compradores que quieren adelantarse a las tendencias) y que acudieron a esta tecnología atraídos por unas suculentas ayudas que en muchos casos no han llegado a cobrar (están tardando más de dos años) y por unas promesas y ventajas en el día a día que en muchos casos se están cumpliendo solo parcialmente.

Ahora que muchos compradores ya llevan años al volante de sus eléctricos y se asoman al universo de la renovación se dan cuenta de varias cosas.

Por un lado, la depreciación de los coches eléctricos está siendo brutal, coches que hace solo cuatro años superaban los 100.000 euros de factura, hoy en día se encuentran en internet por menos de 30.000 euros. Es el precio de la depreciación de los bienes muy tecnológicos que pierden el valor demasiado rápido.

Un riesgo asumible

En este caso se trata de un riesgo que la mayor parte de las veces van a pagar empresas de renting y bancos, pues la realidad es que la mayor parte de las operaciones de coches eléctricos se hacen a través de este tipo de entidades.

La consecuencia de esto es que la cuota mensual es más elevada que en un equivalente de combustible, pues el valor futuro del coche es más bajo de lo que debería.

Una realidad a la que también ha contribuido la política de precios de Tesla, pues el desplome de los mismos que ha llevado a cabo la firma norteamericana ha destruido el valor residual de los de segunda mano, vehículos por los que sus propietarios pagaron en su día entre 60.000 y 100.000 euros.

Por si esto fuera poco, el paso atrás que han dado muchas marcas en el mercado de eléctricos, que han cambiado sus planes para seguir vendiendo coches de combustión (híbridos), también juega en contra de los propietarios de coches eléctricos, que ven que es inminente que Bruselas e incluso las administraciones locales retrasen las prohibiciones a las ventas de coches de combustible, prevista inicialmente para 2035.

Por si esto fuera poco, las promesas en materia de cargadores tampoco se están cumpliendo, pues España aún está entre 10.000 y 15.000 puntos de carga por debajo de lo que debería tener. Además, en la red de carga que hay faltan cargadores rápidos y se centra demasiado en los núcleos urbanos y no en la Red Nacional de Carreteras, donde hay zonas de sombra.

Coches excelentes

Partiendo de la base de que los coches eléctricos son magníficos en calidad y muy baratos en economía de uso, tener un coche eléctrico en el garaje hoy es un tesoro en el día a día y para un uso eminentemente urbano, donde disfrutaremos de beneficios de aparcamiento y recargas domésticas muy muy baratas.

En cambio, a la hora de venderlos encontraremos una demanda baja, aunque en aumento, de compradores que buscan coches eléctricos a precio económico para un uso urbano y con el riesgo de que un problema de batería puede mandar el coche al desguace, aunque afortunadamente muchos de los fabricantes dan hasta ocho años de garantía.