Mercado
Bruselas contradice a Sánchez y rechaza la propuesta para eliminar los aranceles a los coches chinos
Durante su reciente visita a China Sánchez abogó por el entendimiento y por la no aplicación de aranceles, una postura alejada de la europea
Hace solo unos días que Pedro Sánchez recorría China y visitaba a algunos fabricantes de coches eléctricos defendiendo una postura contraria a los aranceles que les ha impuesto Europa.
Algunos medios han traducido estas declaraciones como un gesto de cara a las marcas chinas para convencerles de que desplieguen en España alguna de las factorías de coches que llevan prometiendo desde hace meses.
Las famosas fábricas chinas
Unas declaraciones muy delicadas en un momento muy sensible en el que los aranceles, que superan el 40 % del precio del coche en algunos casos como el de MG, tienen todavía carácter temporal.
De hecho este mismo viernes podrían ser definitivos, pues está prevista una votación de los 27 estados miembros en la que 15 de los votantes deberían oponerse para que los aranceles no sean firmes durante los próximos cinco años.
A falta de 15 noes
El último intento de negociación por parte China tuvo lugar este mismo mes cuando ministro de Comercio del país, Wang Wentao, propuso al vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, un acuerdo de precio mínimo a los coches importados.
El acuerdo incluía que los fabricantes chinos elevaran el precio de sus coches el equivalente a los subsidios que ha calculado la Unión Europea que están recibiendo.
Dombrovskis descartó esta propuesta presentada e invitó a los representantes chinos a esperar a la votación y mantener abiertas las negociaciones para llegara a acuerdos puntuales que pueden favorecer a ambas partes.
10 años de ventaja competitiva
En este caso la reacción china ha supuesto la apertura de investigaciones a las importaciones de brandy y al sector porcino, en el que España tiene puestos muchos intereses.
España es el único país que se ha opuesto abiertamente a los aranceles, mientras que Alemania ha mostrado dudas dados los intereses de las marcas germanas en el país asiático, pues VW o Mercedes venden allí la mitad de su producción.
Por otra parte otros países como Italia o Francia apoyan abiertamente los aranceles, ante la debilidad en la que deja a sus coches los vehículos procedentes de China.