Comodidad
¿Por qué las marcas de coches están deseando que desaparezca ya el cambio manual?
Es difícil de entender que a estas alturas del siglo XXI el conductor tenga que ir intercambiando engranajes manualmente para que un coche ande
La caja de cambios manual es uno de los mayores arcaísmos que pueden quedar a bordo de un automóvil. La verdad es que tiene muy poco sentido que el conductor tenga que elegir la relación de cambio de su coche de oído y mediante una palanca metálica que va cambiando los engranajes de la transmisión...
Pese a que la DGT no da datos de ello, actualmente las ventas de coches automáticos en España suponen ya entre el 35 % y el 50 % del total, cuando en 2017 no llegaban a ser ni al 10 %.
Se disparan en número
Pese a que muchos conductores sigan confiando en este tipo de cajas de cambio a ciegas, sin duda alguna se trata de una de las partes más anticuadas que podemos encontrar a bordo de un automóvil. Tanto que a día de hoy los fabricantes de coches están deseando que desaparezcan ya este tipo de transmisiones por varios motivos.
Por un lado está el factor económico, las economías de escala hacen que en fabricación sea mucho más barato disponer de un único tipo de caja de cambio para todos los vehículos.
Más sencillo y barato
Por un lado sale más económico a la hora de adquirirlas a fabricantes de cambios como ZF, que ajustan el precio a cambio de aumentar el número de unidades y por otro en las líneas de ensamblaje resulta más sencillo una única opción de cambio que valga para cada modelo.
Por si esto fuera poco mecánicamente tiene muy poco sentido que los fabricantes inviertan millones de euros en carísimos motores que optimizan tanto la entrega de potencia como el consumo para que todo acabe en que el conductor no sepa sacarle partido porque no sabe cuándo hay que cambiar de marcha.
Actualmente tanto cambiar de marcha demasiado pronto como hacerlo demasiado tarde puede suponer un problema muy importante para el rendimiento del motor, que además de afectar negativamente a la mecánica puede disparar el consumo.
De ahí que la mayor parte de los coches manuales cuentan ya con un indicador luminoso que avisa al conductor de que ha llegado el momento de subir o bajar de marcha.
Peor consumo
Por si esto fuera poco, para los fabricantes es más sencillo superar las homologaciones de consumos y emisiones al usar las sofisticadas cajas de cambio automáticas actuales, verdaderos cerebros electrónicos que tienen en cuenta datos como la temperatura del motor o del catalizador antes de cambiar de marcha.
Desde el punto de vista del cliente, más allá de las sensaciones al volante de las que hablan los más puristas tampoco debería haber demasiada duda. Por un lado el cambio automático es extremadamente más cómodo en el día a día y por otro lado el coste de mantenimiento es mucho menor.
En este caso el único mantenimiento consiste en cambiar el aceite de la caja en los intervalos establecidos por el fabricante, y en algunos casos hablan de que ni siquiera hay que cambiarlo. Hay que tener en cuenta que en los coches con cambio manual antes o después siempre hay que cambiar el embrague, un elemento que se deteriora con el simple uso.
Embrague: un lujo muy caro
Por si todo esto fuera poco la electrificación exige cambios automáticos, tanto los híbridos como los híbridos enchufables y los eléctricos funcionan siempre con cajas de cambio de este tipo y optimizan así el rendimiento de los esquemas mecánicos.
Es cierto que existe una pequeña demanda de conductores ‘pro’ que exigen deportivos con cambio manual, lo que va a acabar provocando que al final la caja manual sea considerado un opcional y como tal tengan que pagar por el capricho una respetable cantidad de dinero.