Fábrica de Stellantis en Zaragoza

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Industria

Las fábricas españolas alargan ya oficialmente la producción de coches de combustión

Los híbridos van camino de convertirse en los grandes protagonistas del mercado, vehículos que toman como base un motor de gasolina

Hace sólo unas semanas que Bruselas daba los primeros síntomas de debilidad en la implantación del coche eléctrico, al retrasar tres años la entrada en funcionamiento de las multas a los fabricantes por las elevadas emisiones de sus ventas de coches, la conocida como doctrina CAFE.

Una decisión que ha sentado muy bien a la mayor parte de los fabricantes europeos que veían muy difícil cumplir con los límites de emisiones que les había puesto Bruselas, pero muy mal a los fabricantes que pensaban superarlos holgadamente.

La alegría va por barrios

En cualquier caso a corto plazo esta decisión ha modificado los planes industriales de casi todos los fabricantes, que han dado una segunda oportunidad a sus motores de combustión, ya sea en versiones de gasolina y diésel tradicionales o en versiones híbridas no enchufables, que ya suponen casi la mitad del mercado y van camino de quedarse con todo el pastel.

Toyota es líder absoluto en tecnología híbrida

Los motores híbridos mandan en el mercado

En este caso hace sólo unos días que el responsable ejecutivo de Stellantis, Jean-Philippe Imparato, pedía a sus ingenieros «más motores de combustión». Esto se tradujo de inmediato en que las unidades de desarrollo del grupo están trabajando ya sobre dos nuevos motores de combustión y en la actualización de los existentes.

Dos nuevos motores diésel vienen ya de camino, uno de 2.0 litros y otro de baja cilindrada con carácter urbano. Hay que tener en cuenta que modelos del grupo como el Citroën C5 o el Peugeot 308 están logrando unas buenas cifras de venta en sus versiones diésel, lo que demuestra que hay mercado para ellos.

Hay mercado diésel

En paralelo y según anticipó el medio especializado del sector La Tribuna de Automoción, el grupo Volkswagen estaría trabajando para aumentar la esperanza de vida de las versiones de combustión de los modelos T-Cross y Taigo en la fábrica de Landaben, en Navarra, que permanecerán con vida como mínimo hasta 2031.

Factoría de VW Landaben con coches a medio producir en campa

La planta de Landaben mantendrá con vida los motores de combustión más tiempo

La marca mantiene sus planes para producir el año que viene dos nuevos modelos eléctricos, el Skoda Epiq y el VW ID.2, pero en paralelo estaría adecuando la planta para poder mantener en producción los dos citados modelos con motor de gasolina.

Mercado multienergía

La falta de demanda de coches eléctricos no parece que vaya a solucionarse de la noche a la mañana, por lo que la firma apuesta por una transición mucho más larga en la que convivirán modelos de combustión con modelos eléctricos y con los híbridos no enchufables como grandes estrellas.

De hecho los buenos datos de ventas de algunos modelos híbridos no enchufables habría hecho plantearse a VW la posibilidad de lanzar versiones híbridas de los citados Taigo y T-Cross, una tecnología que atrae a los compradores por su precio razonable, bajo consumo y sobre todo por la etiqueta Eco que lucen en el parabrisas.

Los coches con etiqueta Eco podrían ser los más perjudicados

La etiqueta Eco es clave a día de hoy

De acuerdo con los sindicatos de trabajadores de la planta, estas nuevas versiones híbridas serían muy positivas al aumentar las ventas de estos modelos y con ello la carga de trabajo, aunque sea costa de renunciar a la producción de unidades eléctricas.

No hay que olvidar que pese a disponer de la etiqueta Eco de la DGT, los coches híbridos no enchufables tienen más de coche de combustión que de eléctrico, pues la base de su funcionamiento es un motor que normalmente es de gasolina, aunque también los hay diésel, y la disminución de consumo va ligada a un tipo de conducción muy especial que no todos los conductores practican.

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