
La Guardia Civil dispone de agentes especializados en investigar lo ocurrido en los accidentes
Siniestros
Un Policía revela el truco que usan en los accidentes para saber si el conductor se ha dormido
De acuerdo con estadísticas de la DGT entre un 15 % y un 20 % de los accidentes están relacionados con la somnolencia del conductor y en el 7 % directamente estaba dormido
Además de la velocidad y el alcohol al volante el sueño es otro de los principales enemigos al volante y está detrás de numerosos accidentes de carretera. Se trata además de accidentes muy graves, pues habitualmente terminan en salidas de la carretera o en choques muy violentos con otros vehículos.
Sólo en 2023 se registraron en España más de 100.000 accidentes en carretera y ciudad con más de 1.800 fallecidos, unas cifras que lejos de bajar se mantienen estable.
Casi 2.000 fallecidos
Policías y la Guardia Civil cuentan con agentes especializados en accidentes de tráfico, agentes que son capaces de ver más allá y reconstruir un accidente por pequeños detalles que pasan desapercibidos para el resto de conductores.

Los accidentes por dormirse con muy violentos
El CSi de los accidentes
Estos informes periciales sirven también para que las compañías de seguro y los tribunales puedan dictaminar quiénes son los verdaderos responsables de un accidente, algo muy importante en el caso por ejemplo de que la culpa la tenga la carretera, en cuyo caso quién tenga la titularidad de la misma tendrá que hacerse cargo.

Si no hay marcas no ha habido frenazo
Uno de estos agentes ha revelado a el medio Moveo el sencillísimo truco que usan para saber si un conductor se ha dormido al volante, y es que cuando esto ocurre no hay frenazos ni marcas en la carretera, lo que significa que el conductor iba dormido y ni siquiera ha intentado evitar el accidente.
De acuerdo con las estadísticas entre un 15 % y un 20 % de los siniestros están relacionados con los efectos del sueño en el conductor, mientras que en el 7 % de los mismos el conductor se había dormido al volante, muchas veces microsueños de milésimas de segundo más que suficientes para perder el control del vehículo.