Memoria de un camino de ciencia y humanidad

Con profundo pesar, los familiares y amigos de Emilio Lora-Tamayo hemos recibido la noticia de su fallecimiento a los 73 años de edad. Su partida es la de un gigante en el mundo de la ciencia y la educación, donde su figura sobresalió a lo largo de tantos años. Su brillante trayectoria sirve ahora como ejemplo de compromiso con la sabiduría y el conocimiento, que siempre divulgó y cultivó con bondad, humildad y honestidad.

Nacido en Madrid, Emilio consagró su vida al avance del conocimiento y siempre mostró un compromiso firme y sentido con la excelencia académica. Tras obtener su licenciatura en Ciencias Físicas en 1972, puso en marcha una carrera académica de sobresaliente recorrido en la que destacó como investigador, docente y finalmente presidente en dos ocasiones del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y rector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y de la Universidad Camilo José (2019-2023), donde bajo la Presidencia de SM la Reina Dª Sofía ha sido nombrado rector Honorario y Vitalicio el pasado mes de octubre.

Contribuyó significativamente al desarrollo de la microelectrónica y la tecnología de semiconductores, dos campos cuya relevancia no ha dejado de aumentar con el paso de los años. Como Catedrático de Electrónica en la Universidad Autónoma de Barcelona, primero, y desde la Presidencia del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), después, Lora-Tamayo dejó huella en el ámbito científico, completando estudios y proyectos de alcance nacional e internacional.

Pero, más allá de sus impresionantes logros profesionales, hoy quisiera recordar a Emilio como un ser humano de una calidad excepcional. Su generosidad, humildad y calidez fueron cualidades que lo distinguieron no solo como un brillante científico, sino también como un amigo y mentor apreciado por todos los que tuvimos el privilegio de conocerlo y estar a su lado a lo largo de los años.

Emilio Lora-Tamayo fue un hombre dedicado a su familia. Su amor por su esposa, Maloles Morillo-Velarde, y sus tres hijos, Eduardo, Jaime y Blanca, deja testimonio de una existencia volcada en ayudar a los demás. La academia también recordará su figura con afecto, puesto que siempre fue un hombre de trato exquisito pero, más aún, una persona genuinamente interesada por alentar y apoyar el desarrollo de aquellos que perseguían el mismo sueño que él, que no es otro que dejar un mundo mejor a quienes vengan detrás.

En estos días, marcados por la despedida del amigo al que tanto debemos, somos muchos quienes honramos la memoria de Emilio Lora-Tamayo y expresamos nuestro más profundo agradecimiento por sus innumerables contribuciones al mundo académico y al terreno científico. Que su ejemplo de integridad, pasión y compromiso continúe inspirándonos a todos mientras seguimos adelante sin su presencia física, pero siempre con su espíritu eternamente vivo, latiendo en nuestros corazones.

Descansa en paz, querido Emilio. Tu legado perdurará como una luz que guiará nuestros pasos en el camino de la ciencia y la humanidad.

Q.E.P.D.

• Fernando de Saavedra fue director de Gabinete del Rector Lora-Tamayo en la Universidad Camilo José Cela