Alcalde visionario de Santa Cruz de Tenerife

Apostó fuerte el entonces alcalde José Emilio García Gómez –rigió los destinos de Santa Cruz de Tenerife entre 1991 y 1995– al lograr quedarse con los 250.000 metros cuadrados anteriormente ocupados por la refinería de Cepsa en el suroeste de la capital insular: hoy en día, Cabo Llanos –conformada por los barrios de El Cabo y Los Llanos– es una de las zonas más dinámicas de Santa Cruz, repleta de comercios y de edificios altos. La iniciativa fue fruto de un Plan de Ordenación que García Gómez empezó a pergeñar cuando era primer teniente de alcalde entre 1987 y 1991.

Porque la capital de la isla canaria centró toda una vida política iniciada en los albores de la democracia, al figurar entre los fundadores de la Agrupación Libre de Tenerife, modelo de partido localista como los que luego pulularían por toda España y cuya misión principal consistiría en condicionar las mayorías municipales, provinciales o autonómicas de las grandes formaciones. Sin olvidar los inevitables cambios de bando: cuando fue elegido primer edil, García Gómez ya estaba integrado en Coalición Canaria, después de haber sido miembro del Frente Regional Canario y del Partido Nacionalista Canario, sucesor del anterior. En 1996, al año siguiente de dejar el cargo municipal, se incorporó a las filas del Partido Popular en lo que fue su última militancia política.

Esta actividad en tres formaciones distintas no fue óbice para que García Gómez dejase huella en la capital tinerfeña pues, además de la expansión de Cabo Llanos, también será recordado por la edificación de viviendas en Santa Clara y San Pío y el Parque Marítimo César Manrique, otro de los símbolos de la Santa Cruz posmoderna. Aunque sin ser el artífice, su mandato de alcalde también coincidió con la mejor época del Club Deportivo Tenerife en Primera División y en competiciones europeas, con la consiguiente proyección para la ciudad. La suerte también sonrió a García Gómez en el plano judicial: a diferencia de su sucesor, Miguel Zerolo, que cumple condena en la cárcel, fue absuelto en el caso de Las Teresitas, el mayor escándalo de corrupción que haya jamás afectado a Tenerife.