Ramón Almendros (1950 – 2024)
Cronista de la Transición
Dedicó gran parte de su carrera periodística a trabajar en Radio Televisión Española
Ramón Almendros Muñoz
Nació el 4 de enero de 1950 en Tébar (Cuenca) y murió el 20 de junio en Madrid.
Trabajó como jefe de información parlamentaria, director adjunto del programa 'Tribuna de la Historia' y director del Telediario en RTVE.
Cuando el Congreso de los Diputados era el Congreso, y la información parlamentaria se centraba en informar de las nuevas leyes y cambios que traería la democracia a nuestro país, los españoles veíamos una sola televisión, TVE, y escuchábamos las noticias de un periodista riguroso, preciso, que cuidaba el lenguaje e intentaba ser objetivo: Ramón Almendros. Cuando los famosos de televisión eran famosos, porque esa cadena y esos telediarios los veían al día más de 20 millones de personas, Ramón Almendros era conocido por casi todo el mundo y, sin embargo, él nunca se sintió un periodista especial ni antepuso su protagonismo al protagonismo de la noticia.
Ramón dedicó una gran parte de su carrera a la Radio Televisión Española. En la televisión pública, que él defendía con ahínco, trabajó como jefe de información parlamentaria, director adjunto del programa Tribuna de la Historia y director del Telediario.
Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense; en Radio Peninsular, emisora en la que trabajó en sus comienzos profesionales, dirigió los programas Pueblos de Castilla y Nuestra amiga la Noche. En Radio Nacional colaboró en diferentes programas informativos.
La otra mitad de su carrera la dedicó a la Comunicación Empresarial, donde inició su experiencia como Director de Comunicación de la Secretaria de Estado de Turismo. Entró después en el equipo de Estudio de Comunicación, firma de consultoría en la que llegaría al puesto de Socio. En Estudio de Comunicación se integró en 1990 y, a la que consideraba su Casa, aportó un trabajo incansable, una experiencia valiosísima, un consejo ponderado a sus clientes, y un ejemplo profesional intachable a los muchos profesionales que trabajaron bajo su tutela. Riguroso con el lenguaje, implacable con la verdad, ético hasta la médula, Ramón siempre daba ejemplo de entrega personal y saber hacer profesional.
Seguidor del Real Madrid y «merengue» beligerante, asesoró al Club de sus colores y dirigió campañas electorales a la presidencia con éxito.
Adoraba a su mujer, Cristina, y a sus hijas Cristina, Ana y Esther. La pequeña, Esther, también ha trabajado en Estudio de Comunicación y es una brillante heredera de la profesionalidad de su padre. En las cuatro encontró el apoyo y el consuelo cuando una enfermedad le robó los últimos años de su vida, le hizo dependiente y le obligó a retirarse antes de lo que él y sus compañeros hubiéramos deseado. Pero también la enfermedad la llevó con entereza, sin una queja, sin ser una carga para nadie. Siempre con una sonrisa y con su mirada azul de buena persona intentando ver el lado positivo de la vida y alumbrando a los que le rodeaban.
Ramón Almendros fue un extraordinario periodista, un gran asesor de comunicación y una bella persona. Nos deja en sus amigos un recuerdo imborrable, que nos acompañará siempre para intentar hacernos más exigentes profesionalmente y más buenos. Descansa en paz amigo.