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07 de septiembre de 2024

Luis

Luis ArranzFundación Areces

Luis Arranz (1951-2024)

Honestidad intelectual y exquisitez académica

Deja un legado imprescindible en el pensamiento liberal español. Fue un gran historiador, un gran universitario, un gran liberal, un gran demócrata y un defensor destacado de la Monarquía

Luis
Nació el 21 de febrero de 1951 en Madrid donde ha fallecido el 18 de julio de 2024

Luis Arranz Notario

Historiador

Tuvo una monumental producción acdémica por la que pasan las principales figuras de la restauración canovista y de la II República. Estuvo en el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte en el gabinete de la ministra Pilar del Castillo y en 2015 fue elegido correspondiente de la Real Academia de la Historia.

El pasado jueves 18 de julio falleció, a los 73 años de edad, Luis Arranz, un nombre fundamental en el campo de la historia de la política y el liberalismo español y europeo.

Luis Arranz forma parte de la generación que finalizó sus estudios universitarios en la primera mitad de los años 70 y que fue activa desde posiciones de izquierda en defensa de la libertad y la democracia. Jóvenes, entre los que me encuentro, que inician sus carreras profesionales en los prolegómenos de la Transición, como es el caso de Luis en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense. Aprobada la Constitución, y con ello el fundamento legal de nuestra democracia, se diversifica el camino ideológico y político por el que circularían aquellos estudiantes. Unos mantendrán las mismas referencias de entonces, otros migrarán a la izquierda templada y los menos emprendimos un viaje hacia posiciones liberales en las que acabamos sólidamente asentados. Fue un viaje corto, no en vano la gran aspiración de democracia y libertad se había alcanzado.

Luis, elegante, sensible y trabajador sin descanso, iba adquiriendo una sólida formación en historia y pensamiento político. Lo hizo con tal rigor que se convirtió en un historiador de referencia imprescindible sobre la Restauración y el pensamiento liberal.

Toda su carrera docente se desarrolla en la facultad en la que se licenció y luego doctoró. Como docente, y no es difícil imaginarlo, algunos de sus alumnos señalaban estos días su extraordinaria capacidad para explicar y transmitir su conocimiento, además de su dignidad, que fue siempre un rasgo fuerte de su personalidad.

Como investigador Luis deja una amplísima obra, una lista interminable de publicaciones presidida por una honestidad intelectual a la que no hacía la más pequeña de las concesiones y que le llevaban a no dar por terminado un trabajo hasta el último minuto, aquél en el que tenía la certeza de haber agotado el conocimiento sobre el tema.

Por las páginas de su monumental producción académica y divulgadora circulan personalidades políticas fundamentales del siglo XIX y XX español: Cánovas, Sagasta, Eduardo Dato, Silvela, Maura, Alfonso XIII, Lerroux, Azaña, Alcalá Zamora, Largo Caballero... Su erudición y capacidad analítica no empaña su claridad. Luis es un magnífico narrador, explica los acontecimientos históricos con el talento y la exquisitez de un gran escritor.

Desde 2015 era académico correspondiente de la Real Academia de la Historia, junto a su admirada Carmen Iglesias. Para la Real Academia elaboró el catálogo del Archivo Eduardo Dato («el último canovista», como él le llamaba), cuyo primer volumen se presentó en octubre del pasado año. Se trata de un trabajo exhaustivo de inventario y descripción de la correspondencia política de Dato que da fe de la extraordinaria dedicación y entrega con la que concebía su trabajo. La Academia llenó de vida sus últimos años. No pudo concluir el segundo volumen del catálogo, en el que trabajó hasta hace sólo unos días.

Entre 2000 y 2004 nuestro camino volvió a unirse en el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Durante aquellos años de actividad intensa forjamos entre todos un equipo bien sincronizado y mejor avenido, en el que Luis tuvo un lugar central. Sé que hablo en nombre de todos ellos al recordar al hombre afectuoso, dueño de un especial sentido del humor y al melómano devoto de Haydn. Era querido, cercano, entrañable, y siempre garantía de una conversación inteligente.

Luis Arranz deja un legado imprescindible en el pensamiento liberal español. Fue un gran historiador, un gran universitario, un gran liberal, un gran demócrata y un defensor destacado de la Monarquía, a la que consideraba garante de la estabilidad de nuestro sistema político. Deja también una estela inolvidable en quienes compartimos con él ideales políticos y democráticos. Recordaremos siempre su cálida amistad.

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