Presupuestos contra la Nación
Que los enemigos de España sostengan al Gobierno debería hacer reflexionar, al menos, a los votantes del PSOE
El Gobierno reincide en el error vergonzoso y vuelve a aprobar los Presupuestos Generales del Estado con el apoyo, entre otros grupos políticos, de Bildu (ETA), Esquerra Republicana de Cataluña y Podemos. Lo peor, si bien grave, no serían, en principio, las concesiones realizadas, las que ya se saben y las que se sabrán. Todo apoyo requiere concesiones. El problema es de quién se recaba el apoyo y a qué concesiones se obliga el apoyado.
Si se tratara sólo de que para los separatistas y comunistas apoyar a Sánchez fuera el mal menor, ya sería grave. Pero se trata de algo mucho peor. Estamos ante un Gobierno apoyado por los enemigos de la Nación que aspiran a destruirla. Esto es un caso insólito en la historia de las democracias occidentales. Urge aplicar el expediente democrático de la sustitución pacífica de los gobernantes. En este sentido, si la oposición no corrige sus desarreglos contraerá una inmensa responsabilidad.
En política los medios son tan relevantes, al menos, como los fines. Sería estúpido no alegrarse de que ETA haya dejado de asesinar. Pero sería igualmente estúpido pensar que ha sido derrotada. Es cierto que ha sufrido las consecuencias del Estado de Derecho y llegó a ser acorralada hasta casi morir, pero recibió un abyecto oxígeno. Mas sus objetivos no han cambiado y está avanzando hacia su consecución. Lo terrible es que lo haga mediante el apoyo al Gobierno y, por lo tanto, de él. Los partidos separatistas son, por definición estatutaria y objetivo fundamental, enemigos de la Nación, de su unidad y, por ello, del orden constitucional. Que los enemigos de España sostengan al Gobierno debería hacer reflexionar, al menos a los votantes del PSOE.
No se trata de un apoyo coyuntural, lo que de suyo sería pésimo. Sánchez pudo gobernar con otros apoyos y eligió estos convirtiendo la socialdemocracia en populismo aliado con el comunismo y el separatismo. Sánchez prometió que jamás gobernaría con el apoyo de los partidos separatistas y, concretamente, de los golpistas catalanes y no cumplió su palabra. También declaró que no podría dormir con Iglesias en el Gobierno y no parece que padeciera un insomnio crónico Y hay más ejemplos de incumplimiento. Cabría hablar de la falsa promesa como programa de gobierno.
Una posibilidad diagnóstica es que Sánchez sea un oportunista que sólo aspira a conquistar el poder y a mantenerse en él. La otra, y parece la más plausible, es que nos encontramos ante un proyecto político de filiación totalitaria que persigue la demolición de la Transición, la Constitución y la unidad de España, y que pretende transformar la sociedad desde el poder y excluir a la derecha de la vida pública. El modelo dejó de ser Willy Brandt. Ahora es, al parecer, Maduro. Los objetivos son una España hemipléjica y bolivariana, y la destrucción de la democracia, la concordia y la libertad. Y puede que el PSOE de González tampoco sea inocente. ¿Por qué se dinamitó la coalición entre Jaime Mayor Oreja y Nicolás Redondo Terreros, que estaba a punto de alcanzar el poder en el País Vasco, desde el PSOE y sus medios de comunicación afines?
El hecho de que el presidente del Gobierno no exhiba demasiadas credenciales intelectuales no significa que no gobierne al servicio de un proyecto ideológico. La indigencia intelectual no es incompatible con la profesión de una intensa ideología. Es más, con intensa frecuencia, suelen ir unidas.
Un Gobierno decente no debe pactar los Presupuestos con los enemigos de la Nación porque, en caso contrario, se tratará de unos Presupuestos antinacionales. Son estos unos Presupuestos contra la Nación.