Además de sectarios, incompetentes
Al empeñarse en apoyar la candidatura de la mujer por ser mujer, lograron tener el peor candidato posible, lo que reforzó la candidatura de Andrés Allamand
Uno ya no sabe qué es peor con este Gobierno. Si su marcado sectarismo o su clamorosa incompetencia. La semana pasada demostró ambas en una elección de la que se ha hablado poco en los medios de comunicación españoles.
El pasado viernes, en Santo Domingo, se eligió un nuevo secretario general iberoamericano. Esa Secretaría General es la que organiza las cumbres iberoamericanas y está financiada, muy principalmente, por España. Hasta ahora España siempre ha sido decisiva en el nombramiento de quienes han ocupado ese cargo. El primero fue el hispano-uruguayo Enrique Iglesias, al que sucedió la costarricense Rebeca Grynspan, que dimitió en septiembre para asumir otro cargo en el ámbito de las Naciones Unidas.
Al cargo se presentaron cuatro candidatos: el exministro de Exteriores y exembajador de Perú en España, José Antonio García Belaúnde, la expresidente ecuatoriana Rosalía Arteaga, el actual canciller guatemalteco, Pedro Brolo y su homólogo chileno, Andrés Allamand.
En un principio el candidato mejor ubicado parecía ser el peruano García Belaunde, buen amigo de España. Pero el sectarismo de Sánchez tenía otras prioridades. Tenía que ser una mujer y le negó el apoyo dándoselo a la ecuatoriana, que fue presidenta del Ecuador cinco días sustituyendo al «Loco» Abdalá Bucaram, con el que ella llegó a la Vicepresidencia. Rosalía Arteaga lleva tiempo alejada de la actividad política y es una conocida activista medioambiental. Y sobre todo es mujer. México, con quien nuestras relaciones bilaterales no pasan por su mejor momento, optó por presentar la candidatura del canciller guatemalteco para debilitar la promovida por España. La votación final fue entre la candidatura apoyada por España, Arteaga, y el candidato promovido por Chile, su canciller Allamand. Ganó Allamand por doce votos contra ocho.
La incompetencia española tiene una cuestión añadida. Cualquiera de las candidaturas perdedoras tenían más sintonía ideológica con el Gobierno de Sánchez que la del vencedor Andrés Allamand, un hombre de ideas claramente conservadoras, que fue en su día precandidato presidencial de la UDI, uno de los partidos herederos del pinochetismo. Pero al empeñarse en apoyar la candidatura de la mujer por ser mujer, lograron tener el peor candidato posible, lo que reforzó la candidatura de Andrés Allamand. Hasta gobiernos claramente izquierdistas apoyaron a Allamand mientras el ministro de Exteriores Albares iba intentando cimentar su apoyo a Arteaga diciendo que tenía que ser una mujer porque Sánchez había dicho que tenía que ser mujer. Con un par.
El Gobierno de Sánchez no sólo ha conseguido perder por primera vez en la designación del responsable de la Secretaría General Iberoamericana, es que ha perdido frente a un Gobierno como el de Sebastián Piñera, que en este segundo mandato ha realizado una gestión bastante desastrosa, está en tiempo de descuento y sale de la Presidencia con una impopularidad altísima.
Eso sí, por una vez doy gracias a Dios por la incompetencia y sectarismo de este Gobierno, porque Andrés Allamand será un gran luchador por la integración iberoamericana y no intentará promover principios políticamente correctos.