Gestora, congreso y candidato
Pablo Casado puede todavía salir dignamente de esta implosión interna, que se venía fraguando desde hace meses, lo cual agrava más la culpa
Ya es imposible dar marcha atrás. Lo que era posible el viernes es ya inviable hoy lunes. El tiempo pasa a una velocidad de vértigo que hace muy difíciles las soluciones salomónicas. Pablo Casado ha gestionado mal esta crisis y todas las calles que le quedan abiertas le obligan a dar un paso atrás. El único escenario no contemplable es perseverar en el error y enrocarse en la posición actual. Puede todavía salir dignamente de esta implosión interna, que se venía fraguando desde hace meses, lo cual agrava más la culpa. La duda reside en si tendrá la valentía de abordarlo. Y eso pasa por convocar un congreso extraordinario en el que él podría optar de nuevo a presidir el partido, o bien poner en marcha una gestora, presidida por alguien con ambiciones refrenadas, como por ejemplo Ana Pastor, lo que debería permitir aflorar el liderazgo de aquel barón que tenga fortaleza natural y cosecha de votos ya demostrada. Ese ahora mismo solo puede ser Feijóo. Pero hay más nombres y sobre todos ellos sobresale Isabel Díaz Ayuso, cuyo protagonismo en este culebrón la coloca en un lugar que ella supuestamente no buscaba, al menos por el momento. Así pues, hoy en el PP todos deben hablar sin ningún tipo de cautela, dejar las disensiones bizantinas y las formas florentinas para otro momento. La solución pasa por abordar lo que sus votantes demandan ya: terminar con esta crisis. Enrocarse sería un error. Esperar que la Fiscalía actúe, otro. Solo queda salir en la jornada de hoy con la propuesta definitiva que asegure la cauterización rápida de la sangría abierta.