Una mala persona
De todos es sabido que Pedro Sánchez es un falso y un mentiroso
Tiene toda la razón José María Aznar cuando afirma que es un sinsentido que a Miguel Ángel Blanco vayan a recordarle en Ermua los que han pactado con sus asesinos. Y tiene más que toda razón al considerar que no lo asesinaron por ser alguien que pasaba por ahí, sino por ser concejal del PP, defender la libertad, la democracia y la Nación española. Y acierta cuando advierte: «Que no se olvide».
El día del entierro de Miguel Ángel en el cementerio de Ermua, cuya tumba fue repetidamente profanada por quienes ahora se disponen a homenajear su memoria –sus huesos descansan en Galicia–, el entonces Príncipe de Asturias, nuestro Rey Felipe VI, se estrenó improvisando ante los periodistas un mensaje claro, contundente, valiente, y demoledor contra los asesinos, sus cómplices, sus protectores y sus penitenciales perdonadores. Estos últimos fueron, previamente aludidos, en un mensaje de Navidad del Rey Juan Carlos I. «Y la cobarde agresión en la convivencia que es el terrorismo debe unirnos más todavía en la defensa de esa paz deseada. No debemos mostrar ni debilidad ni temor ni duda para rechazar con decisión a quienes hacen correr la sangre de los españoles víctimas de sus atentados criminales, y también a quienes los amparan, disculpan o justifican, cualesquiera que sean sus posiciones políticas, sociales o religiosas».
Unos días más tarde, el que fuera presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Ángel Suquía, se quejó ante el Rey con cierta torpeza: «Majestad, el Obispo de San Sebastián, monseñor Setién, se ha sentido aludido en su mensaje de Navidad y se siente contrariado por la exégesis de sus palabras». Y el Rey, que ignoraba el significado de «exégesis», le respondió: « Pues que se contraríe. Las he pronunciado pensando en él».
El homenaje oficial, organizado por los fontaneros de cloacas de Sánchez, contará con una representación de los que apoyaron el asesinato de Miguel Blanco y hoy le niegan toda suerte de reconocimientos en las localidades vascas. El gran manipulador ha conseguido que sea presidido por el Rey, y me pregunto si no es factible que una supuesta reacción positiva en un test del covid impida a Su Majestad asistir a tan desdichado acto. El homenaje de verdad se lo harán sus compañeros, entendiendo por compañeros no sólo a los militantes del PP, sino a todos los españoles de bien que se sintieron consternados con el brutal crimen etarra, muy celebrado por muchos de los actuales representantes bilduetarras, que se sentarán, junto a podemitas, peneuvistas y comunistas en el barullo cínico montado por Pedro Sánchez. Y creo que ahí se ha equivocado María del Mar Blanco solicitando al taimado alcalde socialista de Ermua poder intervenir. En ese acto, sobran las palabras del Rey y las de María del Mar Blanco. Que hablen los socialistas que hoy votan con Bildu para negarle a él y José Antonio Lara toda suerte de reconocimientos, los bilduetarras que celebraron su muerte, los podemitas que no han ocultado jamás su sintonía con el terrorismo etarra y los comunistas de Yolanda Díaz.
Todo por la infinita capacidad de manipular de Pedro Sánchez, que no se detiene en involucrar al Rey cuando le conviene.
De todos es sabido que Pedro Sánchez es un falso, un mentiroso, un defraudador de tesis doctorales, un autor de libros que escriben otros, un insaciable depredador en su beneficio y placer del dinero público, un hortera nuevo rico, un inmoral –más bien, amoral–, capaz de pactar con los que quieren destrozar a España para seguir en la Presidencia del Gobierno de España. Un vendedor de feria y un tramposo que fue expulsado de su propio partido por ocultar urnas y votos falsos. Un fantoche. Todo eso y mucho más. Pero lo peor es su catadura. Es una mala persona. Y caerá. Pero no se puede seguir desde el balido de los corderos acudiendo a sus convocatorias infectadas.
Cuando se gobierna con los asesinos, o sus herederos, o sus partidarios, no se puede organizar un homenaje a una víctima de los asesinos, de sus herederos o de sus partidarios.
Ojalá el test del Rey ofrezca un resultado positivo. Una breve y leve presencia del covid durante veinticuatro horas.