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Perro come perroAntonio R. Naranjo

Los audios de Pablo Iglesias

Las noticias falsas contra Iglesias son deleznables, por mucho que el personaje dé grima. Pero usarlas para tapar su cloaca, no: de ella sacó millones de euros de países donde se somete a la gente

Actualizada 01:12

Ha sacado el pañuelo Pablo Iglesias para secar sus lágrimas de cocodrilo y poner todo perdido de bilis a cuento de una noticia falsa como él: no era cierto que el gorilita rojo, más bien mono ardilla o Tití caraqueño, tuviera una cuenta corriente en un paraíso fiscal repleta de dineros transferidos por Chávez, Maduro o cualquier otro de sus ídolos eternos.

Por recelos que genere el personaje, nadie puede dejar de darle la razón en este asunto: no se puede publicar algo falso, que daña la reputación, sugiere consecuencias penales y tiene efectos políticos sin tener todas las pruebas verificadas y demostrables.

Y además es estúpido: con Iglesias y Podemos no hacía falta inventarse nada, bastaba con escuchar y replicar la práctica totalidad de las cosas que hacen, dicen, intentan y perpetran.

Pero dicho lo cual, hay que ubicar el asunto en el espacio correcto: la plañidera se ha servido del caso para atacar como siempre al periodismo, que es muy atacable, con la intención de cumplir su viejo deseo estalinista de que desaparezcan los medios de comunicación privados y pasen a ser propiedad pública, que es como los dictadorzuelos llaman a quedárselos para ellos mismos.

Que meta en el ajo hasta a Ferreras por cuatro charlas privadas de copa y puro, de ésas donde unos presumen de killers y otros de azotar a Mariló Montero con la misma intención de no hacer nada al respecto, es una ironía cruel con la que Iglesias, que es mala persona pero no tonto, aspira a matar dos pájaros de un tiro: que todos los periodistas seamos unos sinvergüenzas exterminables y que todas las sombras de financiación caribeña de Podemos queden definitivamente enterradas.

Y por ahí no, Pablito: es cierto que te han metido un bulo inaceptable con intenciones perversas. Es cierto que hay periodistas del mismo nivel que tú, capaces de sacrificarlo todo por un interés político, personal o económico. Y es cierto, también, que todas las denuncias sobre financiación de Podemos han quedado hasta ahora archivadas.

Pero no lo es menos, y esto es lo sustantivo, que buena parte de los fundadores del partido ahora en vías de extinción se lucraron auxiliando a tiranos mientras sus pueblos se hundían en la miseria.

Iglesias no tiene una cuenta en las islas Granadinas con su nombre y el de Nicolás Maduro como financiador, pero él y sus amigos sí facturaron millones y millones a Venezuela a través de una fundación y a Irán con una productora de televisión.

El reproche penal a esos hechos pertenece a los jueces, que no han sido capaces de determinar si las millonadas cobradas por los niños de Vistalegre 1, hoy todos enfrentados entre sí, están detrás de la creación de un partido o los dedicaron a otros menesteres.

Pero la sanción moral, política y desde luego pública es evidente: mientras los peores sátrapas de Latinoamérica sometían a sus pueblos, ellos se forraron dándoles soporte político y aceptando trasladar sus ideas a España, donde en parte ya han germinado en el único Gobierno populista de Europa.

Iglesias, Monedero, Alegre, Bescansa, Errejón y otros chicos y chicas del montón se llenaron los bolsillos con CEPS, el chiringuito ya extinto desde el que facturaban millonadas a un régimen que somete a su pueblo con una inmensa bota y otro que ahorca a homosexuales, denigra a las mujeres e impide la democracia.

Lo sorprendente es que a ciertos periodistas no les sirva con la verdad, que ya es pornográfica sin adornos, y necesiten dramatizar un relato ya suficientemente obsceno para dar la puntilla al mismo proyecto al que, en muchos casos, primero auparon.

Lo de la cuenta falsa en un paraíso fiscal es una patraña, sí. Pero que Iglesias intente utilizar ese bochorno para tapar sus incontables vergüenzas y atacar a toda la prensa acusándola de cloaca y de máquina del fango, otra bien distinta: la cloaca es ayudar a Maduro a que redacte leyes mordaza, instruir a los funcionarios en su aplicación y blanquear la represión de cada tirano con acento latino o persa a sabiendas de sus abusos.

«¿Qué es cloaca?, dices mientras clavas / en mi pupila tu pupila azul. ¿Qué es cloaca? ¿Y tú nos lo preguntas? Cloaca... eres tú», con permiso de Bécquer, Pablito.

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