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El astrolabioBieito Rubido

Sánchez: a ver quién te va a votar

En cualquier país que se tuviese por digno, nunca se trataría entre algodones al asesino que se reía en el juicio delante de la cara de la hermana de Miguel Ángel Blanco. Mi pregunta es si los terroristas que segaron casi mil vidas, merecen el trato que este Gobierno les está dando

Actualizada 01:30

Quería titular este breve comentario con la frase que más ha circulado este fin de semana por España adelante: «Que te vote Txapote» (Chapote para el común de los ciudadanos). La prudencia y el afán por ser ponderado me ha impuesto el título que ahora leen, pero el contenido es el mismo. Mi pregunta es si los terroristas que segaron casi mil vidas, que aterrorizaron a todo un pueblo, el vasco, el suyo, merecen el trato que este Gobierno les está dando y que se encuentra en la letra pequeña que bilduetarras y peneuvistas firmaron para apoyar la moción de censura que derrocó a Rajoy. Esos mismos terroristas que provocaron el abandono de un cuarto de millón de vascos de sus hogares entre 1985 y 2005, movimiento migratorio no registrado en ningún otro lugar de la Europa comunitaria desde la Segunda Guerra Mundial. Unos asesinos sin piedad que, como en el caso de Chapote, segaron la vida de un joven como Miguel Ángel Blanco, quien en aquellas últimas horas de terror de su vida no dejó de llorar, provocando una quemadura en sus mejillas que sorprendió a los propios forenses. La historia de ETA es una de las páginas más oscuras y tenebrosas del último siglo español. Esa banda fue derrotada por la Guardia Civil y por la Policía, que representaban al cuerpo democrático de la nación española. Que nadie se engañe, y menos que Zapatero trate de capitalizar lo que costó sangre, sudor y lágrimas a los profesionales de las fuerzas de seguridad del Estado. ETA, además, era una máquina orientada a destruir la democracia. Contra el franquismo apenas sí cometió 45 asesinatos, en democracia mató a más de 800 personas. En cualquier país que se tuviese por digno, nunca se dejaría en la calle a Santi Potros, Parot, Troitiño, De Juana Chaos o se trataría entre algodones a Chapote, el asesino que se reía en el juicio delante de la cara de la hermana de Miguel Ángel. Somos millones de españoles los que no olvidaremos eso, y los que se lo contamos a nuestros hijos y a nuestros nietos. Así que, llegados hasta aquí, Sánchez, «que te vote Txapote».

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