Cifras
Con 600.000 facultativos dispuestos a trabajar y no hacer política, por muy malvada que sea Isabel Ayuso, ni Pedro Almodóvar, ni Luis Tosar, ni Carmen Calvo, ni Pablo Echenique se verían obligados a sanar sus enfermedades en la Sanidad Privada
La ultraizquierda de las redes sociales, siempre perfectamente informada y bien educada, no está de acuerdo con la cifra de manifestantes facilitada por la Policía Municipal de Madrid. Aseguran los informados y bien educados ultraizquierdistas que fueron 600.000 los que se manifestaron, y para no caer en la imprecisión, aportan un dato demoledor: «Seiscientos mil médicos y médicas». El buen futuro de la Sanidad Pública madrileña, como diría Rubén Darío, es de «rosados amaneceres». Claro, que si los 600.000 «médicos y médicas» que se manifestaron en Madrid hacen lo mismo que Mónica Médica y Madre, es decir, darse de baja cuando surge una terrible pandemia para no trabajar a destajo, la escalofriante cifra pierde toda su importancia. Con 600.000 facultativos dispuestos a trabajar y no hacer política, por muy malvada que sea Isabel Ayuso, ni Pedro Almodóvar, ni Luis Tosar, ni Carmen Calvo, ni Pablo Echenique se verían obligados a sanar sus enfermedades en la Sanidad Privada, que de acuerdo a la nómina de doctores de la Pública, su número rondará en torno a los 300.000 médicos. Sumados los médicos públicos y médicos privados, me salen 900.000 doctores en Medicina. Por lógica deductiva, si con 900.000 facultativos, los madrileños tienen que esperar 72 días para ser intervenidos quirúrgicamente en lugar de aguardar los 340 días que tienen que diferir los pacientes censados en otras autonomías más democráticas, la culpable es Isabel Díaz Ayuso y la convocatoria de la manifestación entra de lleno en la corrección social. Ahora se entiende la elección de hospital de la pareja Bardem-Cruz para que doña Pe diera a luz a su primer hijo, el californiano, carísimo y judío Monte Sinaí, pues de haber optado por un hospital de Madrid Capital o Alcobendas, el niño habría nacido con pelitos en las piernas y llevando entre sus brazos una biografía del Ché Guevara. Y todo por culpa de Isabel Ayuso, que en los días del feliz acontecimiento no era la presidente de la Comunidad de Madrid, si bien ya se le veían las malas intenciones.
En su «Comisaría de Papel» de La Codorniz, el gran Evaristo Acevedo destacó la errata de un entusiasta diario de la Prensa del Movimiento –creo que El Lanza de Ciudad Real– que exageró un ápice el número de manifestantes reunidos en la plaza de Oriente para expresar su adhesión al jefe del Estado, don Francisco Franco, aunque El Lanza se refiriera al «caudillo». La noticia publicada decía así: «Miles de millones de españoles, aclaman en la plaza de Oriente a su caudillo». El comentario de Evaristo a la noticia era escueto y sintético, «¡joé!».
Los únicos que no yerran en cifras son los comunistas. En Cuba, riquísima y avanzada democracia, su Asamblea es más numerosa que en España. Cuenta con 605 diputados. Se trata de una institución ejemplar, en la cual los diputados de un partido no dicen cosas desagradables a los de la Oposición. Claro, que sólo existe un partido legal y los 605 diputados representan al partido único, es decir, al Partido Comunista de Cuba. Y su prensa y cadenas de radio y televisión jamás se equivocan. «Ayer fue renovada la Asamblea democráticamente, y fueron elegidos 605 diputados que ocuparán los 605 escaños disponibles».
Aquí nos pasamos el día perdiendo el tiempo con las cifras.