Pre-aniversario
Se cumplen setenta y cuatro años de la creación de la paga de Navidad que coincide con otro aniversario
Ayer, 20 de noviembre, fallecieron José Antonio Primo de Rivera, a resultas de una aglomeración de balazos «progresistas y democráticos» que derribaron su cuerpo sin vida sobre el patio de la prisión de Alicante, y también, en la cama de un hospital de la Seguridad Social creada por él, cerró los ojos ese señor que no se puede nombrar ni elogiar porque, aquel que lo haga, puede ocupar una de las celdas que la ministra Irene Montero ha dejado libres en las prisiones españolas de violadores y pederastas. Por lo normal, los aniversarios que se celebran o se lamentan son los que coinciden con un número redondo. El décimo, el vigesimoquinto o el quincuagésimo. Pero este año, se celebra un aniversario muy importante que por estas fechas – a un paso de las «fechas muy señaladas» según Tip–, conviene recordar.
Con independencia de la paga extraordinaria y obligatoria en instituciones públicas y empresas privadas del 18 de julio, destinada a facilitar a los empleados y obreros unas merecidas vacaciones de verano, el señor que no se puede nombrar ni elogiar, porque aquel que se atreva a hacerlo, puede ocupar la celda en la que hoy habita, por ejemplo, «El Chicle», el desalmado asesino y violador de Diana Quer, instituyó, 74 años atrás, la paga extraordinaria y obligatoria de Navidad, con el fin de dotar a la familias españolas de un suplemento económico para celebrar con mayor presupuesto las más cristianas de las fechas, que abarcaban desde el nacimiento del Niño Jesús a la visita de los Reyes Magos al Portal de Belén. Setenta y cuatro años de la creación de la paga de Navidad que coincide con otro aniversario. Se cumplen 74 años, durante los cuales, ningún comunista español, socialista español, separatista de España, terrorista o podemita, ha renunciado dignamente mostrando su desacuerdo a la paga creada por ese señor cuyo elogio por sus acciones positivas puede llevar a los españoles de bien o sencillamente despistados, a ingresar en cualquier establecimiento penitenciario y coincidir en la puerta con la salida de los golpistas, los terroristas, los ladrones del dinero público, los malversadores, los sediciosos, los rebeldes y los violadores favorecidos por las leyes que redactan durante sus viajes a Nueva York y Argentina, Irene Montero, la Pam, la Pum, la Pim y la Pom, que conforman su más cercana y potente influencia asesora. En estos 74 años, los que han trabajado, fueran sus ideas las que fueran, todos han cobrado de sus empresas privadas o públicas la paga de Navidad, que perdón por la insistencia, creo e instituyó en España ese señor al que sólo se le puede nombrar para devastar su memoria o recordar que era un General tonto que ganó a los comunistas, socialistas y anarquistas una Guerra Civil por casualidad, porque los generales inteligentes, estrategas y solventes los tenían ellos.
Comunistas, socialistas, golpistas, sediciosos, rebeldes, terroristas, delincuentes sexuales, proxenetas, pederastas, violadores y asesinos que hayan trabajado en empresas públicas y privadas, han aceptado encantados durante los últimos 74 años la paga extraordinaria de Navidad, festividad en la que no creen porque para ellos lo que hay que celebrar es la cursilería del «Halloween», demostrando con ello que aquel señor innombrable fue justo y generoso con todos en una España en la que el dinero público no se derrochaba, los impuestos eran bajísimos, la industria creció desde la miseria de la posguerra, no se benefició con el Plan Marshall, y terminó siendo la novena potencia económica del mundo. Y que ellos, los que han prohibido su nombre, celebraron la Navidad sin renunciar a la paga extraordinaria de los fascistas.
Todos a cobrar.