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HorizonteRamón Pérez-Maura

La censura

La bazofia que ha descubierto dentro de Twitter el nuevo propietario demuestra que durante los últimos años esa plataforma ha estado mucho más cerca del «Gran Hermano» de George Orwell que de ser un instrumento de libertad

Actualizada 01:25

El odio a la libertad que siente la izquierda vemos como progresa en España recortando de forma muy especial la libertad de expresión. Creemos que hoy en día esa libertad es total porque siempre hay la posibilidad de hacer oír tu voz en las redes. Y ciertamente la hay. Pero es un poco más complicado que eso.

La mayoría de los medios audiovisuales generalistas en España tienen unos informativos de izquierda sin matices. Habrá quien me responda que El Debate es de derechas sin matices y yo podría decir que sí. Pero El Debate no recibe ni un céntimo de las administraciones públicas, no depende de una licencia administrativa que otorga el Estado para poder seguir existiendo y su supervivencia depende únicamente de las audiencias que logremos y los ingresos publicitarios que nos generen. Si hay pérdidas, la compañía editora tendrá que asumirlas.

Ese control izquierdista de los servicios informativos de RTVE ha generado una situación inverosímil que ya hemos comentado alguna vez. Cuando durante el Gobierno Rajoy los Telediarios de TVE –presidida por José Antonio Sánchez– llegaron a ser los más vistos, la cédula de la izquierda comunista en TVE organizaba los llamados «Viernes Negros» para protestar contra la supuesta manipulación que se practicaba en esos noticieros que eran líderes en audiencia. Tan pronto como llegó Sánchez, los «Viernes Negros» desaparecieron, supongo que porque ahora ya no se miente nada. Es una lástima que el cese en el uso de esa mentira en los informativos se haya traducido en un desplome de las audiencias a consecuencia del cual los informativos de Televisión Española han sido superados por casi todos sus competidores. Algunos días incluso por los de Trece, que tiene mérito comparando la cobertura, los medios técnicos y el personal de ambas. Yo ya me imaginaba que en los servicios informativos no iban a concluir, por más lógico que pudiera parecer, que en tiempos de Sánchez tenían más audiencia porque a la gente le gusta que le mientan y ahora que sólo dicen verdades no los quieren ver. Parece que se han inventado una excusa más sutil, según la cual tienen que ser una televisión para minorías. Me gustaría saber de dónde han recibido ese mandato.

En todo caso es el argumento de la hora presente para justificar la mentira y cómo se censura y manipula desde TVE.

En los últimos días hemos tenido otro caso mucho más relevante por su impacto mundial: el del levantamiento de la censura en Twitter. La bazofia que ha descubierto dentro de la compañía el nuevo propietario demuestra que durante los últimos años esa plataforma ha estado mucho más cerca del «Gran Hermano» de George Orwell que de ser un instrumento de libertad. Confieso que soy usuario, aunque en alguna ocasión he sentido la tentación de abandonarlo. Pero lo que se está descubriendo ahora es verdaderamente increíble. La censura unidireccional que se hacía contra personas de una ideología, pero no contra los de la contraria impide considerar a esa plataforma como un foro de libertad. Que grupos terroristas de variado pelaje pudieran emplear la red, pero no el presidente de los Estados Unidos es un insulto a la inteligencia, se piense lo que se piense de Trump.

El bloqueo que hizo la compañía a las informaciones del New York Post sobre los casos de corrupción de Hunter Biden, hijo del entonces candidato presidencial Joe Biden, son un ejemplo perfecto de censura. Y los casos se van sumando a diario. Por algo el último paso de Elon Musk ha sido suprimir el consejo que asesoraba a Twitter para combatir el odio. No, señores, no. Ese consejo fomentaba el odio.

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