Hortérez recula
Mi ejemplo siempre ha sido Portugal. Un Primer Ministro socialista pretendió imitar a España con el Estado de las Autonomías, nuestra carísima chapuza constitucional. Y los portugueses fueron convocados. Y más del 80 % dijeron en las urnas que tararí que te vi
Muy malos tienen que ser los resultados de las encuestas que se analizan en la Moncloa, para que el presidente del Gobierno, señor Hortérez, haya decidido aplicar la medida que le exigían, hasta hace una semana, el Partido Popular y Vox. La reducción del IVA de los alimentos básicos. No ha consultado para hacerlo con el ministro de Consumo, el indolente, vago y tonto Alberto Garzón, que no pinta para nada. Hace una semana, el presidente Hortérez y la vicepresidenta melosa, se negaron a reducir el IVA de los alimentos. Las familias españolas se han visto asaltadas por el precio de la cesta de la compra, que ha doblado su valor en menos de un año. Y la cesta de la compra vota, vaya si vota. Simultáneamente, Hortérez se ha presentado – con posterioridad al discurso del Rey-, como garante de la Constitución, afirmando que no negociará con ERC un refrendo autonómico en Cataluña, referéndum que ha anunciado Aragonés para 2023 después de reunirse con el supremo hacedor de la mentira. Se dice que, hasta su musa alemana y empleada de Soros, Úrsula Von der Leyen, le ha advertido que no podrá seguir regalándole sonrisas y arrumacos si persiste en su labor de demolición del orden Constitucional.
Sigo sin entender a los separatistas catalanes, y repito lo escrito días atrás. La convocatoria de un referéndum legal en el que participen todos los sujetos constituyentes, es decir, todos los españoles, está contemplado y admitido en la letra y el espíritu de nuestra Constitución de 1978. Sucede que los separatistas catalanes – los vascos, exceptuando a los socios filoetarras de Bildu ya no son tan partidarios de una consulta fraudulenta-, se sentirían aterrorizados de convocarse la consulta legal. ¿Qué haría Rufián fuera del Congreso, sin sueldazo, sin dietas, y sin argumentos?
Se instalaría en Almería, para honrar sus raíces. ¿Qué harían los medios de información equidistantes, si se diera el caso de que la mayoría de los españoles, y no los catalanes exclusivamente, independizaran Cataluña de España por medio de sus votos? ¿Se llevaría Godó La Vanguardia y sus emisoras de radio a Zaragoza para seguir siendo conde, que es lo único que le importa además del dinero? ¿Y qué haría la familia Lara, que tan escrupulosamente compagina la doble sensibilidad de la alta burguesía barcelonesa despreciando la firme españolidad de su fundador? Los separatistas de ERC – creo que la ultraderecha de la fregona maletera ha menguado considerablemente-, quieren y exigen el refrendo ilegal porque temen el resultado del referéndum legal. Y a Hortérez ya le han dicho en Europa que lo de la nación de Estados independientes no lo terminan de asumir. En la nación de Úrsula Von der Leyen, hace unos años, se prohibió de manera tajante que Baviera convocara un referéndum para separarse del resto de Alemania. Y ahí sigue Baviera, pujante y más alemana que nunca. Sin dar el coñazo, que es la herramienta fundamental del separatismo catalán. Y en Italia, el norte ha olvidado sus desprecios al sur. Y en Francia, si los corsos exigen un refrendo de separación unilateral, en menos de una semana se enriquecerían las fábricas de guillotinas. Mi ejemplo siempre ha sido Portugal. Un Primer Ministro socialista pretendió imitar a España con el Estado de las Autonomías, nuestra carísima chapuza constitucional. Y los portugueses fueron convocados. Y más del 80 % dijeron en las urnas que tararí que te vi. Que ellos querían seguir siendo un Estado normal con una metrópoli, una capital y administraciones regionales. Europa no ignora el daño que ha hecho a España impulsando su degradación nacional. Y ha sugerido un descanso. De ahí, que Hortérez haya iniciado su retirada, como el caballo de saltos que ante el obstáculo difícil, rehúsa y lanza al jinete entre sus orejas.
Se está moviendo algo en el Kremlin de La Moncloa. Mayo se acerca, y un resultado negativo para los socialistas y comunistas podría significar el principio de la desaparición del sanchismo-leninismo. Y ahí no termina todo. Se abriría la acción judicial. Y en ese sentido, Hortérez prefiere perder y preparar con pactos su derrota que enfrentarse al horizonte penal que le aguarda.