Romance de violadores
Son todos, toditos, todos,
Sin excusas ni excepciones,
Culpables de la burrada
Por mucho que ahora sollocen
En el patio de la cárcel
Se abrazan los malhechores,
Pedófilos, proxenetas
Y asesinos violadores.
Entre los abrazos, gritos
Y vítores, y clamores.
¡Gracias, Irene Montero!
¡Gracias Pam de mis amores!
¡Gracias Rosell, gracias Pablo,
Gracias por vuestros favores!
¡Mil gracias por vuestra ley,
Gracias Pedro, gracias Ione,
Ya somos más de quinientos
Y hacia mil, vamos veloces,
Los que se han beneficiado
Con vuestra ley ¡ole y ole!
No tema ser detenido
El que abuse o el que viole
que el 'sólo sí es sí' le ampara,
y tiernamente le acoge.
No es sólo Irene Montero
La culpable del disloque.
Es culpable Pedro Sánchez,
Todo el socialismo en bloque,
Los memos de Ciudadanos,
Los filoetarras del norte,
Los rufianes de Rufián,
Los peneuvistas santones,
Y cuatro pobres peperos
–una mujer y tres hombres–
Que pasarán a la historia
Con muy dudosos honores.
Porque la ley aprobada
Por este Gobierno innoble
Es tan sólo comparable
(y que el lector me perdone)
Al coño de la Bernarda,
Al anticiclón de Azores,
La carabina de Ambrosio
Y de Archidona, el cipote.
¡Quinientos beneficiados
Y hacia los mil, al galope!
Por más que los responsables
Y sus miles de asesores,
Ahora se enfaden, discutan,
Se arrepientan o acaloren,
Son todos, toditos, todos,
Sin excusas ni excepciones,
Culpables de la burrada
Por mucho que ahora sollocen.
Pero nadie ha dimitido…
¡Qué pandilla de mamones!
Todos a cobrar el sueldo
Y a seguir, ¡manda cojo---!
Se abrazan los malhechores,
Pedófilos, proxenetas
Y asesinos violadores.
Entre los abrazos, gritos
Y vítores, y clamores.
¡Gracias, Irene Montero!
¡Gracias Pam de mis amores!
¡Gracias Rosell, gracias Pablo,
Gracias por vuestros favores!
¡Mil gracias por vuestra ley,
Gracias Pedro, gracias Ione,
Ya somos más de quinientos
Y hacia mil, vamos veloces,
Los que se han beneficiado
Con vuestra ley ¡ole y ole!
No tema ser detenido
El que abuse o el que viole
que el 'sólo sí es sí' le ampara,
y tiernamente le acoge.
No es sólo Irene Montero
La culpable del disloque.
Es culpable Pedro Sánchez,
Todo el socialismo en bloque,
Los memos de Ciudadanos,
Los filoetarras del norte,
Los rufianes de Rufián,
Los peneuvistas santones,
Y cuatro pobres peperos
–una mujer y tres hombres–
Que pasarán a la historia
Con muy dudosos honores.
Porque la ley aprobada
Por este Gobierno innoble
Es tan sólo comparable
(y que el lector me perdone)
Al coño de la Bernarda,
Al anticiclón de Azores,
La carabina de Ambrosio
Y de Archidona, el cipote.
¡Quinientos beneficiados
Y hacia los mil, al galope!
Por más que los responsables
Y sus miles de asesores,
Ahora se enfaden, discutan,
Se arrepientan o acaloren,
Son todos, toditos, todos,
Sin excusas ni excepciones,
Culpables de la burrada
Por mucho que ahora sollocen.
Pero nadie ha dimitido…
¡Qué pandilla de mamones!
Todos a cobrar el sueldo
Y a seguir, ¡manda cojo---!
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