El discurso filtrado de Tamames
Publicando el texto han matado el principal aliciente de la moción de censura: ver a un Gobierno tardoadolescente escuchando 'in situ' a un hombre que les supera en edad, lecturas y, muy probablemente, conocimientos
La filtración del discurso de Ramón Tamames ha pinchado cualquier interés que pudiera tener la moción de censura. Justo ahora que sus partidarios se estaban cargando de razones para presentarla (caso Mediador, ley del ‘solo sí es sí’), aparece el texto íntegro en un periódico cuya línea editorial descansa en las antípodas del ideario de Vox. Si antes no daban los números, ahora no nos da ni la curiosidad, porque con esto han matado el primero de sus alicientes: ver a un Gobierno tardoadolescente escuchando in situ a un hombre que les supera en edad, lecturas y, muy probablemente, conocimientos. La Transición, de cuerpo presente.
Parece claro que hay alguien cerca de Tamames que no le quiere bien, o al menos no lo suficiente. Ahora la moción de censura será para Sánchez como ir a un examen sabiéndose las preguntas, aunque conociendo el apetito académico del presidente –al que le tuvieron que escribir la tesis y hasta sus memorias–, no es descartable que se vaya de puente hasta el mismo martes y le cacen usando el Falcon para volver a Madrid.
El texto, si finalmente es el que se ha filtrado, está pleno de erudición. Se cita a Cervantes, a Hamlet, a Adam Smith, al Nobel de Economía James Buchanan o al Papa Francisco. Aporta incluso notas a pie de página, bibliografía, y surge inevitablemente la comparación con el discurso que leyó Pedro Sánchez en su moción de censura contra Rajoy. Ves un texto, ves el otro, y es como emparejar Cien años de soledad con Cincuenta sombras de Grey.
Que el discurso se haya publicado ya permitirá a Gabriel Rufián acudir al diccionario a consultar términos como «sofísticos», «paladinamente», «relicto», «promisorio» o «preconizado», conceptos que muy probablemente desborden sus conocimientos del idioma. Aunque quizá la alusión más directa a su ideario esté en la segunda página, justo en el límite de su capacidad de atención, cuando Tamames escribe lo siguiente: «La observación tan frecuente entre los separatistas de que no ha de cumplirse con una Constitución que no se votó personalmente es una aberración sin sentido. ¿Qué sucedería en tal caso con la Constitución de EE.UU. del año 1787?». Pues tiene usted razón.
Cualquiera que haya leído el discurso coincidirá en que si aplicásemos un diez por ciento de lo que se propone tendríamos mañana un país mejor del que tenemos hoy. Sin embargo, la moción solo nos dejará momentos para el Telediario y un nuevo indulto a Pedro Sánchez, que ya conoce las líneas argumentales de su adversario y podrá hacerse pasar por el hombre de Estado que nunca fue.