Perdonen que me ría (y mucho)

Juan Hormaechea fue un alcalde de Santander y después presidente de la Diputación Regional de Cantabria que demostró ser un perfecto gobernante populista. No quiero hacer sangre de quien yo critiqué duramente por su forma de gobernar, y eso que no lo hice cuando afectó directamente a mi familia. Siendo alcalde de Santander –lo fue desde 1977 a 1987 y a partir de 1983 lo era por Coalición Popular en la que estaba integrada Alianza Popular– tuvo la brillante idea de expropiar a mi familia una finca que estaba junto al faro de Cabo Mayor, dentro del término municipal, pero a las afueras. Hoy es el mayor parque de la ciudad. Cuento esta historia porque en esa época mi madre era vicepresidente de Alianza Popular de Cantabria y jamás se le ocurrió mover un hilo para impedir esta decisión del alcalde. El consistorio, por cierto, fijó un justiprecio ridículo que en los tribunales fue triplicado.

Traigo esto a colación porque Hormaechea me ha venido a la cabeza al hilo de los barceloneses organizando manifestaciones contra la presencia de grandes cruceros en el puerto de la capital catalana. La enumeración de las razones por las que estos progres quieren acabar con esos barcos da pie a la risa hasta el punto de llevarme al colapso. Denuncian «el gran impacto contaminante que tiene este tipo de actividad turística». Su manifestación fue convocada por la Plataforma Stop Creuers (en castellano Paremos los Cruceros) que estaría formada por la Red por la Justicia Climática, Ecologistas en Acción, Asamblea de Barrios por el Decrecimiento Turístico, Zeroport y Stop Cruceros Tarragona, según han explicado los organizadores. Según la Guardia Urbana de Barcelona los asistentes fueron 150 personas, lo que quiere decir que cada uno de esos grupos aportó 30 ciudadanos y a pesar de esa cifra ameritaron una noticia en el Telediario 1 del día siguiente. Cuando en Madrid se produce un Concierto de la Resurrección que junta a 60.000 personas el Telediario no le dedica ni un segundo.

Veía yo esta noticia y me acordaba de la promoción turística que hacía Juan Hormaechea en Santander, cuando se le ocurrió dinamitar los acantilados del Palacio de La Magdalena para crear unas piscinas «naturales» en las que soltar focas. Y como era un populista mucho más listo que lo que nos rodea ahora, Hormaechea tuvo la idea de cobrar las obras de las focas, no a la ciudad de Santander en pleno sino a los vecinos del barrio en el que sigue esa piscina. Una zona acomodada, sin duda. La casa de mis padres estaba ahí y un día en mi adolescencia volví a casa y conté a mi padre que había visto a las focas dormidas sobre las rocas. Él me respondió: «Mejor. Cuando se despierten me harán pagarles la carrera universitaria». Porque el gesto de Hormaechea implicaba hacer una mejora turística que pagaban los que sufrían las masas de turistas que llegaban y te aparcaban encima de la cabeza. Hasta para esto es incompetente esta progresía supuestamente ecologista. Ellos quieren espantar a los turistas. A ver de quién viven.

En el mismo Telediario 1 tuvieron otro minuto de gloria. Hablaron de las elecciones constituyentes en Chile. Victoria arrolladora de los rivales políticos del actual presidente que en el titular del TVE era: «Gana la ultraderecha», 22 escaños del partido del excandidato presidencial Kast frente a 17 del presidente Boric. Kast es un católico de ideas liberales en economía. Y eso para nuestra TVE es ser ultraderecha. Lo mejor es que lo pintan más a la derecha que Chile Seguro, coalición en la que están Renovación Nacional y la UDI, los partidos en los que se integraron los pinochetistas. Estos han logrado 11 escaños. Así tras año y medio de gestión del ultraizquierdista (eso nunca lo dicen) Boric el resultado ha sido ultraderecha más ultra ultraderecha 33, ultraizquierda 17. Este Boric es un fuera de serie.

Así que TVE ha conseguido en un solo informativo asustarnos por el golpe al medio ambiente que dan los grandes cruceros que navegan por el mar y denunciar que en Chile ha ganado una ultraderecha que en cualquier lugar sería denominada como liberal. Lo que se les ha olvidado contar es que después de todo este desparrame por hacer una nueva constitución contra la que les dejó Pinochet y que algún expresidente socialista defiende, ahora van a tener que escoger entre la constitución supuestamente pinochetista y la de la nueva mayoría ultra ultraderechista según ellos. Son insuperables. Disculpen que me descuajeringue de risa.