Ella, sin nombre
857 actos antisemitas se han registrado en Francia después de los actos genocidas del 7 de octubre en Israel. Un profesor, rector de profesores, fue masacrado cosido a tajazos por un terrorista que actuó como lobo solitario bajo los alaridos de Alahu Akbar. ¿Y, todavía dudan?
Una joven mujer de confesión judía ha sido apuñalada en dos partes del abdomen. Ocurrió en la ciudad de Lyon, en Francia, el criminal dejó pintado en la puerta de la víctima una cruz gamada nazi. Por más que busco no veo escrito por ningún lado el nombre de la mujer, ni el del agresor, mucho menos fotos. Me gustaría llamarla por su nombre en este artículo, pero no podré, lo siento, el oprobio de la censura de facto lo impide. ¿Vivimos en '1984', en la novela de George Orwell? No, siento anunciarles que hemos sobrepasado esa trama con creces.
La buena noticia es que la mujer no ha muerto, hasta el domingo se encontraba hospitalizada, le «suturaron las heridas» –comentó su abogado–, y hasta el próximo desgarro, que esperemos, o sea, recemos que no suceda.
Ella, sin nombre por el momento, se hallaba en su domicilio, como ya dije, ubicado en Lyon, decidió salir, y por lo visto tomó una mala decisión... Conozco Lyon, era una ciudad maravillosa. La última vez que fui la encontré sucia e insoportablemente politizada del lado del que se pueden imaginar, la europea era yo.
Su abogado, del que sí podemos saber el nombre, Me. Stéphane Drai, declaró que su cliente había puesto una demanda después de haber sido oída por las autoridades correspondientes; declaraciones y demanda que la mujer hizo –supongo que atribulada– desde el hospital.
Entonces leo en todas partes lo siguiente: «Mientras las investigaciones no sean llevadas a término, evidentemente se debe actuar con prudencia, aunque determinación. La policía judicial hará su investigación, y en función del resultado se concluirá y se corroborará el carácter antisemita de la agresión».
Vamos a ver, la mujer es de confesión judía, tras acuchillarla su agresor pintó una cruz nazi en su puerta. Verde y en botella, ¿qué 'cojines' es?
¿O, resulta que lo que pretenden corroborar es lo contrario? O sea, lo que han gritado a voz en cuello durante varias manifestaciones pro Hamas en Francia, tras el 7 de Octubre, que el progrom que masacró a Israel está muy bien hecho, es correcto, y que debieran llevarse a cabo unos cuantos más, también en Europa, alentando de tal modo al terrorismo por libre…
Para colmo, el abogado añadió que la víctima vive en un «contexto de divorcio». ¿Qué tiene que ver la lluvia con la diarrea?
No obstante, nada relaciona al criminal con el ex marido. ¿Soy yo que no entiende lo suficiente o, como creo por el contrario sospechar, se está queriendo insinuar que un ex conyugue en trámite de divorcio pudo haber contratado a un terrorista para agredir a puñaladas a su ex mujer de confesión judía y para colmo le pintó una cruz nazi en la puerta, sólo para despistar?
Todo parece indicar que la investigación seguirá la pista del divorcio y el ex marido descuidando así el rastro de la agresión contra una mujer judía.
857 actos antisemitas se han registrado en Francia después de los actos genocidas del 7 de octubre en Israel. Un profesor, rector de profesores, fue masacrado cosido a tajazos por un terrorista que actuó como lobo solitario bajo los alaridos de Alahu Akbar. ¿Y, todavía dudan?
Entiendo que la Policía debe hacer su trabajo y que la Justicia lo mismo, pero me pregunto si no estarían extremándose con las atenciones y delicadezas con una sola de las partes.
Mujer judía apuñalada, sin nombre y sin rostro, semejante a las miles de mujeres en Irán y en cada uno de esos países de confesión musulmana donde los asesinatos por un velo corrido de lugar o por un mínimo acto de libertad son castigados con lapidaciones públicas y con golpeaduras dentro de un vagón de metro como hicieron contra la joven iraní, Armita Garaband, que pasó 28 días en coma tras haber sido agredida por no llevar pañuelo en la cabeza, y que murió recientemente.
Hasta hace muy poco pudiéramos habernos consolado (no yo) con una no menos incómoda reflexión: «fue en Irán». Ahora no. Ahora sucede en Europa y ni siquiera se les nombra, tampoco publican la foto del criminal; para colmo el suceso se achaca a un mero altercado entre un marido y la víctima en medio de un divorcio.
Las neofeministas ni están ni se les espera. Calladas y felices, satisfechas de reclamar a grito pelado su apoyo incondicional a Hamas y a todo lo que se les ordene desde el islamoizquierdismo internacional.