La España de los inocentes
No sé hasta dónde llegará la resistencia del pueblo español. No busquen en los diarios más inocentadas que las que ya nos perpetran quienes nos gobiernan
Sánchez, el accidente histórico que ocupa la Moncloa, ese al que, efectivamente, le votó Txapote, nos ofreció ayer un recital de bulos que solo pueden interpretarse en la más pura tradición española de las inocentadas. España va bien, dice Sánchez, como en su día repetía Aznar. Pues no, España no va nada bien. La economía española se mantiene con respiración asistida de la deuda que nos dejaron contraer los burócratas europeos, pero eso solo nos encamina al modelo más pernicioso de Argentina. Se busca un Milei para España, pero mientras tanto, durante los próximos tres años, el socialismo convertido en comunismo destruye lo fundamental de una economía competitiva y nos aboca a una tragedia en los próximos tiempos. Ojalá me equivoque, porque no quiero padecer y sufrir esa tragedia, pero asoma por el horizonte más cercano.
El actual inquilino de la Moncloa ha cedido los impuestos sobre banca y empresas energéticas a las autonomías de País Vasco y Navarra. Por otro lado, el Gobierno sigue poniendo en marcha medidas que gravan más a las empresas, sobre todo a las pequeñas y medianas. La reforma laboral fake de Yolanda Díaz ha multiplicado por seis los despidos por no superar el periodo de prueba. El caos en Correos es la tónica habitual y ayer Sánchez nos presentó un paraíso que no se compadece con la realidad. Es cierto que vivimos en un gran país, pero no es mérito de Sánchez. Él está jugando como nunca a las dos Españas, a levantar un muro entre unos y otros y a destruir el ápice de modernidad que le queda nuestra economía.
Por si fuera poco lo anterior, el síndrome del voto de Txapote, uno de los terroristas más sanguinarios de los primos hermanos de Bildu, lo vamos a ver hoy hecho realidad con la moción de censura en el Ayuntamiento de Pamplona. Hoy Bildu se hará con la Alcaldía de la capital navarra, salvo que aflore la dignidad en algún concejal socialista más, que me temo que no. Va a resultar que tiene razón Isabel Díaz Ayuso: nos gobiernan comunistas, aunque aparezcan envueltos en ropajes diferentes a los del siglo pasado. La experiencia comunista solo trajo sangre, dolor, pobreza, hambre y crueldad a los seres humanos que lo han padecido y lo siguen padeciendo.
Somos todos unos inocentes en manos de los herodes de la política española. No sé hasta dónde llegará la resistencia del corazón de la inocencia del pueblo español. No busquen en los diarios más inocentadas que las que ya nos perpetran quienes nos gobiernan. La vieja tradición periodística de contar algo imposible ha desaparecido. Si quieren reírse todavía con la posibilidad de que la Cibeles esté en venta, acudan al magnífico libro que sobre ello escribió José Manuel Burgueño. Es probable que ya nada nos ampare en estos tiempos donde los caminos de la ingenuidad y buena voluntad están sembrados de estiércol ideológico.