Capuchas fuera
De las tinieblas en las que entró ayer el PSOE ya es muy difícil retornar: podrá mandar a Puente y a Patxi a blanquear a la hiena, pero al final del camino ellas seguirán siendo hienas
Pasado el mediodía del 28 de diciembre de 2023, día de los Santos Inocentes, el Partido Socialista Obrero Español cavó su tumba. Quizá estar tan cerca de enterradores de vidas inocentes –27 en Navarra– le ha otorgado una especial predisposición por Tánatos. Quien se encama con amigos de asesinos ¿por qué no va a entregar la capital de Navarra a un partido cimentado en más de 800 asesinatos? En esto del negocio de la muerte –el aniquilamiento de la Constitución, de la moralidad, de la concordia social– todo es empezar y ya lo siguiente viene rodado. Y ayer el partido que más años ha gobernado España en la época democrática emprendió un camino sin retorno hacia la muerte de su historia y posibilitó que dentro de no mucho tiempo muera también la comunidad foral e integre el delirio de Euskalherría.
Allí, en la ribera del Irati, Santos Cerdán ensayó los acuerdos con la serpiente. Todos calladitos hasta que pasaran las elecciones generales, y Sánchez culminara otra de sus traiciones, la más grave sin duda. Primero se traía al Gobierno a la candidata municipal como ministra de Inclusión y Seguridad Social y después el PSN se aliaba con Bildu para expulsar a Cristina Ibarrola tras meses dedicados a desgastarla políticamente en el ayuntamiento pamplonés. De pronto, la política municipal pasaba a importarle mucho a Moncloa. El cordón sanitario, ahora convertido en muro, dejaba fuera de Pamplona a UPN, el partido que había ganado las elecciones y con él, a todos los que no votan el puño y la rosa... o a la serpiente. Por eso, la ya exregidora dijo ayer que era lo mismo.
Sánchez ha dicho muchas cosas entregando Pamplona a los proetarras. Nos ha dicho que no hay nada mejor para demostrar que eres un progresista respetable que haber simpatizado con algún comando o recibir como héroes a los verdugos. Por ahí transita el futuro de las clases más desprotegidas de España. Otegi y los suyos nos salvarán de los desahucios. ¿Quién mejor va a saber lo que cuestan los pisos que alguien que los alquilaba como pisos-franco? Es conmovedora esa preocupación de Bildu por los menores que pueden sufrir el lanzamiento de su vivienda y qué poco les importaba que perdieran al padre o a la madre por la metralla de una bomba.
Sigo sin entender por qué Pedro Sánchez se ha ofendido tanto con el grito de «que te vote Txapote». En su lógica probatasuna, el asesino de Miguel Ángel Blanco era solo una oveja descarriada que en el fondo albergaba un alma progresista que, al correr del tiempo, nos iba a subir las pensiones y a bajar los alquileres. De las tinieblas en las que entró ayer el PSOE ya es muy difícil retornar: podrá mandar a Puente y a Patxi a blanquear a la hiena, pero al final del camino ellas seguirán siendo hienas y Óscar y López pasarán a la historia por haber traicionado a los santos inocentes asesinados por ETA, incluidos los que cayeron por defender sus propias siglas. Los Judas en Ferraz ya son un colectivo que debería sindicalizarse.
Al alcalde batasuno, investido por el PSOE, solo me cabe darle un consejo: si necesitara cubrir algún cargo municipal, cuente con los seis carniceros que incluyeron en sus listas el 28 de mayo y que hipócritamente quitaron para no enturbiar el camino de Sánchez a las urnas. Tienen para elegir entre estos angelitos: Asier Uribarri, Agustín Muiños, Lander Maruri, Begoña Uzkudun, José A. Torre y Juan R. Rojo. La amplia experiencia de cualquiera de ellos podría ser muy útil en la concejalía de basuras o en la de sanidad mortuoria de Pamplona. Hágame caso y aproveche el talento desperdiciado.
Y a Sánchez solo queda decirle que nunca olvide que de los errores políticos se sale. De lo suyo, no.