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Cosas que pasanAlfonso Ussía

La una y la otra

Me extraña –no tanto, es un decir– el silencio de los empresarios que contrataron a Begoña Gómez. Y la inacción de la Justicia y la mayoría de los medios de comunicación

Actualizada 01:30

Para mí, que las gansadas y majaderías que suelta por esa boquilla tan suya la desprovista de mente, forman parte de una inteligente estrategia de confusión que le imponen desde la Moncloa. Mientras la una dice tonterías, la otra resta callada para no dar explicaciones. Mientras la una quiere someter la libertad de Madrid con medidas que no le corresponden, la otra sigue con sus entrevistas empresariales y sus cositas. Isabel Díaz Ayuso ya le ha dicho a la una –la del tope horario en los restaurantes de Madrid–, que antes cierra Sumar que un restaurante madrileño. A ella y al Alcalde de Madrid les corresponde defender la hostelería de la gran ciudad más alegre del mundo. Pero hace ruido, y ese ruido lo aprovecha la otra para mantener su trepidante ritmo empresarial.

Me extraña –no tanto, es un decir– el silencio de los empresarios que contrataron a Begoña Gómez. Y la inacción de la Justicia y la mayoría de los medios de comunicación. Los presumibles negocios de la mujer del presidente del Gobierno se canalizaron a través del llamado África Center del IE. Y a nadie le ha interesado conocer la opinión de los altos directivos del IE, que fueron los que tuvieron la feliz idea de contratarla. ¿La contratación de tan avispada mujer ha sido rentable para el África Center del Instituto de Empresa? ¿Su labor ha sido beneficiosa o deficiente? En la primera de las opciones, ¿el Instituto de Empresa se ha enriquecido? En la segunda posibilidad. ¿Cómo han mantenido cinco años a una mujer generosamente contratada cuya labor no ha supuesto negocio alguno para los contratantes? ¿Por qué, finalizada la etapa de colaboración de la mujer del presidente con el IE, ha seguido utilizando el prestigio del Instituto de Empresa cuando ya estaba desvinculada del grupo empresarial? ¿Tienen algún interés común los contratantes originales con Globalia y Javier Hidalgo? Me figuro que este silencio está muy justificado por el miedo al poder.

Eso, el poder. Me decía Pío Cabanillas Gallas aquel político listísimo, autor de la célebre sentencia posterior a unas elecciones, «hemos ganado, lo que todavía no sabemos es quiénes», que un Gobernador Civil de los primeros tiempos de UCD le definió magistralmente lo que significa el poder. «El poder, Pío, es llamar a tu despacho a un funcionario que te cae mal, que vive en Logroño, que tiene a sus hijos matriculados en un colegio de Logroño, que con mucho esfuerzo está pagando la hipoteca del piso en Logroño, y anunciarle que a partir de la semana siguiente, cambiará de lugar y será destinado a Huelva. Eso es el poder».

En una feria balear, uno de los miembros del servicio de seguridad, libre de servicio, de una señora perteneciente a la familia más poderosa, se enfrentó en una bronca ferial con un individuo que le había insultado. La pelea fue brutal y el insultador fue ingresado en coma profundo en una clínica de Palma. José María Stampa Braun fue el elegido por la señora para defender a su guardaespaldas. «Es fundamental –le dijo Stampa– que no meta mano en el asunto la prensa insular». Sólo en Mallorca se editaban, en aquellos años, cinco periódicos. El suceso no fue publicado por ningún periódico, ni comentado en emisora de radio alguna. «Ese poder es el Poder», me comentó el gran penalista.

Un destacado banquero español, señor y patriota, también me explicó lo que significaba el poder. «Tengo un cuñado que es miembro de la Mesa Nacional de Herri Batasuna. Si me lo hubieran preguntado yo les habría respondido afirmativamente, porque es verídico. Pero nadie se ha interesado en averiguarlo».

La hueca no tiene poder para imponer sus caprichos comunistas en Madrid. Le han ordenado que diga memeces –orden que cumple con enorme celeridad–, y de esa manera confundir a la opinión pública en asuntos mucho más importantes. La otra duerme con el Poder. Y ha trabajado a cuenta de un inmenso poder empresarial que no ha sido molestado por nadie. Eso, el Poder.

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