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LiberalidadesJuan Carlos Girauta

La ruleta trucada

La cuestión es que, al no irse, se ha marchado. Se ha largado corriendo en una fuga hacia delante que le saca del encuadre. Hacer verosímil la posibilidad de su dimisión exigía hermetismo

Actualizada 01:30

Al quedarse, ya se ha ido. Concibió un golpe de efecto esperando que las cosas se alinearan solas, como a veces sucede en la naturaleza. Poseerá la intuición del caos. Del caos matemático, no del coloquial. Adivinará que lo inesperado, un manotazo, una patada al hormiguero, produce de inmediato nuevos patrones. Cuando todo indica que su legado será triste, o triste y trágico, anuncia que a lo mejor dimite. Sin embargo, la verdadera patada al hormiguero exige dimitir, no amenazar con algo que despierta la ilusión de media España. Si bien los escaldados no creyeron que del autócrata pudiera salir nada bueno, y descartaron la dimisión desde el primer momento, desde el inicio de la fotonovela Estoy profundamente enamorado, ya tú sabes. Por cierto, a la referida media España no dirigía su carta el galán, ¿o acaso no aludió a «la derecha y la extrema derecha» como algo ajeno a su destinatario colectivo? Por si algún lector necesitara aclaración, que no lo creo, «derecha» es como la burbuja político-mediática llama a los socialdemócratas de Feijóo, en tanto que «extrema derecha» es la militante manera de designar a conservadores y liberalconservadores.

La cuestión es que, al no irse, se ha marchado. Se ha largado corriendo en una fuga hacia delante que le saca del encuadre. Hacer verosímil la posibilidad de su dimisión exigía hermetismo. Ni una palabra podía salir de su boca durante esos cinco días, que han servido para que Miguel Ríos (un señor que era cantante) se hiciera otra foto con el bando del bien (ver Stephen Koch) y para que Almodóvar se desahogara y señalara otro golpe de Estado por el lado que no es. Entre tanto, el autócrata debía seguir el festival mudo y encerrado. Menudo chasco se llevaría. A ver, uno espera más fervor después de repartir tanto bacalao. La hincha Intxa no falló, faltaría más, con lo que se cobra. ¿Ríos y Paredes como mundo de la cultura? Eso es reeditar la ceja de ZP. ¿Es que no os ha regado en abundancia, ingratos? ¡Nadie salió a la calle! Bueno, sí, los de Jubilarnosk en los autocares de rigor. Multitudes ni soñarlas. Así es difícil hacerte una venezolana, macho, dar un Ortega, marcarte un Petro.

Por eso vete, olvida el acopio, el Falcon, Doñana, y pega la vuelta. Vale, la vuelta la has pegado, reconozcámoslo, pero ni siquiera tienes claro dónde te has quedado parado ni qué tienes delante, por el mareo del giro de guion. ¡Implicar al Rey para hacer más creíble la farsa! Lo de tu falta de límites es literal. Aun así eres la moneda lanzada al aire que sale cara diez veces seguidas, eres la bolita que cae en el rojo once veces. Hay un corro en derredor de la ruleta. Y aunque cada tirada es independiente y puedes volver a salirte con la tuya, el mismo público que te jalea está deseando, por puro morbo, asistir al espectáculo de tu fin. ¿O vas a trucar la mesa?

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