Sánchez insulta a la inteligencia de los españoles
Feijóo advirtió a Sánchez desde el primer minuto de que, si no daba él mismo una clara explicación sobre las actividades de su mujer, forzarían la comparecencia de ella. Es evidente que lo que hizo Sánchez ayer fue insultar la inteligencia de los españoles
El grado de impostura de nuestra democracia es cada día mayor. Lo que vimos ayer en el Congreso de los Diputados fue muy grave. El que el presidente del Gobierno instase a la presidente de las Cortes a cortar la intervención de Núñez Feijóo es brutal. Al margen de qué parte de su tiempo hubiera consumido ya Núñez Feijóo en ese momento, ¿qué auctoritas tiene Sánchez en el legislativo para decir a la presidente lo que tiene que hacer? Resultó verdaderamente vomitivo.
Pero en el fondo creo que no fue lo más grave que vimos ayer. La mayor muestra de nuestra degeneración democrática fue otra. Ayer se demostró que nuestro sistema parlamentario ya no sirve para hacer una sesión de control al Gobierno. En este momento hay un asunto de la máxima gravedad que es el que nos diferencia del mundo entero y de nuestra historia democrática: la investigación por corrupción a la mujer del presidente del Gobierno. Yo no sé si esa investigación llegará lejos o no porque no sé cuán bien tipificados tenemos los conflictos de interés y cómo deben ser penalizados. Desde luego, sé con toda certeza que el que una oficina dependiente del presidente del Gobierno sea la encargada de determinar si la mujer del presidente del Gobierno puede haber incurrido en un conflicto de intereses es más propio de la Venezuela de Nicolás Maduro.
Aquí tenemos algo más enrevesado en esta ahora. Ayer se demostró que con el actual reglamento el Parlamento no es un instrumento de control para un presidente con visos autoritarios como el que España tiene en este momento. Su mayoría en la Mesa le permitió convocar una sesión en la que dar cuenta de tantas cosas, que al final, el asunto de su mujer en el que Alberto Núñez Feijóo hizo preguntas muy pertinentes y Santiago Abascal disparó también, quedó enterrado bajo el sol y la arena de Gaza, y la crisis bilateral con Argentina que convenientemente ha irrumpido en plena campaña electoral. Asuntos que ameritan sobradamente sesiones monotemáticas al respecto. Además de ser opacado por el silencio de prácticamente todos los demás grupos que necesitan seguir ordeñando a Sánchez aydados por el que se agolpara tantas cuestiones en el mismo saco. Con ello se pudo desdibujar el asunto que más hace temblar a Sánchez. Porque él sabe que el responsable final de lo que ha estado gestionando Begoña Gómez es él. Y que, sin su impulso, nada de lo que ella ha movido hubiera ido a ninguna parte.
Feijóo advirtió a Sánchez desde el primer minuto de que, si no daba él mismo una clara explicación sobre las actividades de su mujer, forzarían la comparecencia de ella. Es evidente que lo que hizo Sánchez ayer fue insultar la inteligencia de los españoles, no clarificar nada y excitar al Equipo Nacional de Opinión Sincronizada. Yo lamento que el PP se haya limitado a anunciar que citará a Sánchez en el Senado. Creo no equivocarme si recuerdo que no fue eso lo que prometió Núñez Feijóo. Dijo que la citaría a ella. ¿No se dan cuenta de que con un hombre tan sobrado como Sánchez su única opción es tocarle donde pierde el equilibrio? Es decir, tocarle en la de la cátedra digital de la Complutense sobre la que tantas explicaciones hay que dar. Por ejemplo.