Vacaciones apestosas
Por cierto, hablemos de mal gusto y de falta de respeto con los cubanos y por otro lado de alianza con el genocidio castrocomunista en Cuba, ¿cuándo tumbaremos la estatua del aChesino Guevara en Oleiros?
La canción del verano debiera titularse ‘Vacaciones apestosas’, porque la podredumbre impera y sus pervertidos detienen todo, se largan a vacacionar a los sitios más caros e improbables sin importarles más que su goce. Y sin preocuparles todavía menos la corrupción en la que saben que están inmersos. Viven como si nada ocurriera, como si ni un pétalo de una rosa pudiera tocarles, o sea, continúan nombrando cursos en las facultades que dirigen, en universidades en las que prohíben impartir conferencias a los escritores incómodos. Se niegan a explicar lo del hermano y los apartamentos, varias residencias, subvenciones a sus mediocres obras anti-artísticas, porque arte no son definitivamente.
Vacaciones corruptas y como si malanga –argot cubano mediante– al ritmo de algún reguetón de moda subvencionado desde el poder socialistón. Desde las vacaciones depravadas apoyan tiranías y dictaduras, como la de Venezuela en pleno caos de corrupción electoral.
¿Dónde anda la Ma Zapatero?
Chupando del muslo de pollo está…
¿Dónde anda la Ma Zapatero
Por allá en Lanzarote anda, va…
Ni traduciéndolo en verso aliviaríamos la situación, ni unos poemitas tirados a lo vano curarían la llaga con banalidad futete (funesta en abakuá), ni los dados viciados romperían el azar. El oro compra oro, ¿qué importa entonces la sangre de un valiente torturado en una cárcel madurista? Me refiero al joven desaparecido, torturado en una celda, el que tumbó una de las estatuas de Hugo Chávez en Venezuela; qué manera de gastar bronce por gusto, y con tanto mal gusto.
Por cierto, hablemos de mal gusto y de falta de respeto con los cubanos y por otro lado de alianza con el genocidio castrocomunista en Cuba, ¿cuándo tumbaremos la estatua del aChesino Guevara en Oleiros? ¿Cuándo cerraremos el Museo de Fidel Castro en Láncara? Se me hace largo, más de lo previsto, sobre todo con esta gente que no sabe lo que les espera si estos inmorales renuncian a abandonar el poder. ¿Verdad, PP?
Volviendo a lo de las vacaciones hediondas y la canción del verano… Qué tranquilos se les ve, qué felices, pese a la corrupción por la que están siendo investigados. Se les nota más alegres que a los otros, sin poder marcharse a alguna parte; pues claro, no tienen que pagar esas privilegiadas vacaciones, se las pagamos nosotros, se la pagarán también nuestros hijos, que seguirán chupando pestilentes y corrompidos, mientras los españoles sigamos mamando cochambre a pulso.
¿Vacaciones? Un niño de diez años es asesinado a puñaladas, otro adolescente es herido, el agresor, dicen, resulta ser un encapuchado, ¿a quién culpar si iba encapuchado, escondía el rostro? ¿Origen, nacionalidad? Nadie dice nada, nadie se atreve, cuidadito, caquita o te triturarán la lengua. Da igual de donde sea, violencia es violencia.
¿Culpa? La de los corruptos, desde luego, la de esos políticos que se gastan más en una residencia vacacional que en vigilar la seguridad del pueblo que los eligió. Que en garantizar la existencia y permanencia de los templos, iglesias, y la civilización que debieran defender por deber de pertenencia: la cristiandad, la fe, la verdad como alma y arma.
Violencia es violencia, reitero. Como también cobrar en lingotes de oro es cobrar en oro: ¿Verdad, Zapatiesta?
Desde el 11 de marzo de 2004 España no levanta cabeza. ¿Nadie se lo pregunta, a nadie le preocupa, nadie lo vio venir, ni lo vieron desenvolverse entre el mal y la pachanga? Este tipejo llegó al poder y un manto de penumbras se extendió sobre la nación entera, desde entonces vivimos bajo un 'osogbo' (mala suerte en yoruba) del que ni cien mil 'egbós' nos librarían. No es magia negra, ni santería, es sentido común.
Me han fastidiado una vez más estos días de descanso, la tranquilidad del hogar, mi preferencia por el trabajo, que es como mejor paso yo las vacaciones; me han jorobado las ganas de moldear personajes y descripciones. Me han jeringado los deseos de salir a pasear por el bosque, la elección más juiciosa que he experimentado. Los corruptos embarran de mierda y tiñen de dolor desde lo que tocan hasta lo que no tocan. Debieran ser condenados a la pena de ruina, desolación contra la desidia y el envilecimiento. Pena de vida, que lo paguen a perpetuidad, coño, que lo paguen hasta el postrero desenlace. Lo juro por ese niño muerto.