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19 de septiembre de 2024

Al bate y sin guanteZoé Valdés

Odio

Debemos estar claros, el odio es principalmente del dominio de la izquierda y de los islamistas. Debemos ver más allá de nuestros ojos, observar y analizar, porque quienes asesinan a diario son ellos, en cualquier parte del mundo

Actualizada 01:30

En su más reciente (y brillante) columna del Daily Mail, Boris Johnson, escribe que es necesario y con urgencia que el nuevo primer ministro Keir Stamer detenga las afirmaciones equivocadas de que los ingleses que han salido a manifestarse son de extrema derecha y nazis. Lo de llamar «nazis», juzgado a la ligera debido a un tatuaje con una esvástica en la espalda de uno de los manifestantes, y que ha sido la imagen predilecta elegida por casi todos los medios para sustentar la mentira, es condenatorio. Entre otras cosas porque es difamatorio, ya que muchos de los que salieron a manifestar probablemente hayan votado por Starmer. Su artículo también añade: «Es hora de hacer las maletas, Keir, salir de Gran Bretaña y reflexionar sobre el frenesí de absoluta estupidez en el que se ha embarcado el Partido Laborista». No soy tan optimista como para imaginar que un comunista se irá tras hacerse con el poder. Nunca lo han hecho, se necesitaría viajar al pasado en una máquina del tiempo y contar con Margaret Thatcher para lograr de nuevo sacarlo de forma inteligente y pacífica. O sea, es imposible. Además querría recalcar que tal como escribe Jonhson, más de media Inglaterra según datos del propio periódico no se puede identificar con la extrema derecha ni mucho menos con el nazismo (término que sólo se debe usar en referencia a la Segunda Guerra Mundial).

En el informativo de la noche del sábado pasado en Antena 3 el presentador expresó, sin que se le erizara un vello, que las masivas y violentas manifestaciones en el Reino Unido, en Irlanda, «de la extrema derecha», o sea, reiteración de una falsedad, de un engaño, que los medios de comunicación contribuyen a inocular como adoctrinamiento del odio en las mentes de los ciudadanos. Dato mata relato. ¿Son entonces de extrema derecha y nazis, más de la mitad de Gran Bretaña, de Irlanda, y de Francia cuando votan, entre otros países que han ido despertando también mediante las urnas o en las calles? ¿Es de extrema derecha y nazi más de medio mundo que piensa distinto, juzgado así en razón de un tatuaje advertido en la espalda de un manifestante? Porque no se vieron más esvásticas en ninguna otra parte… ¿O es que ese extremismo resulta mayormente identificario de ellos, de la izquierda, de sus líderes y representantes? Y, como en 1984, de Orwell, la mentira es para ellos la verdad, y el reverso debiera mirarse y estudiarse como anverso. ¿No es la izquierda la que hoy en Francia, en Estados Unidos, en gran parte de Europa y de Hispanoamérica ataca a Israel y no se esconde para situarse de parte de Hamás, de un gobierno terrorista formado por Hamás, o por Hezbolá, también en el Gobierno de El Líbano? Lo es; son ellos los antisemitas, es la izquierda la que es cada vez más ultra radical, la misma de más de 150 millones de víctimas, la nazicomunista, un término que sí es válido en la actualidad para definirlos con relación a su antisemitismo.

Durante años oí en Cuba calificar de personas con mucho odio dentro a Guillermo Cabrera Infante, a Reinaldo Arenas, y desde hace un tiempo también lo dicen y lo escriben de mí. He desautorizado a Wikipedia, debido a las mentiras que allí se escriben sobre mí. La izquierda sabe extender y multiplicar sus falsedades, la izquierda es maestra en denostar y acabar con los que más le molestan. Curada de espanto y en salud, ni caso les hago, pero he debido pagar el precio. Así hicieron en la propia Inglaterra con este hombre, todo luces, al que no sólo le cancelaron su magnífico programa de televisión acerca de la historia de su país, además lo anularon a él de todos los eventos posibles, lo expulsaron de trabajos y de editoriales, lo invisibilizaron; tras las manifestaciones ha podido aparecer para advertir acerca del horror que se nos avecina.

David Starkey, historiador británico da un punto de vista muy interesante sobre lo que estamos viendo en el Reino Unido: «La relación del Partido Laborista con los blancos de clase trabajadora está rota. Vamos a ver un conflicto interétnico sostenido y conflictos étnicos cada vez mayores entre hindúes, pakistanís, musulmanes, africanos, blancos, etcétera. Las sociedades multiculturales no funcionan, la historia lo demuestra con ejemplos como Yugoslavia. Hemos vivido en la cúspide de la civilización y se lo han cargado para que vivamos en una sociedad multicultural. A Enoch Powell le cancelaron y el tiempo le ha dado la razón».

Debemos estar claros, el odio es principalmente del dominio de la izquierda y de los islamistas. Debemos ver más allá de nuestros ojos, observar y analizar, porque quienes asesinan a diario son ellos, en cualquier parte del mundo; porque detrás de los apuñalamientos, decapitaciones, violaciones, siempre están los mismos, y cuando invierten la verdad por la mentira inevitablemente son también los mismos –llámese mentira o takkiya. Son los de ese bando siniestro los que odian, los que quisieran ganar esta guerra que ellos iniciaron contra la civilización occidental.

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