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Tezanos, mentira tras mentira y ahí sigue

El CIS es un organismo de propiedad pública, como el hospital de La Paz o la Biblioteca Nacional. Tezanos cobra 97.764 euros anuales y maneja un presupuesto de 15,94 millones de euros, el doble de lo destinado en 2018 por Mariano Rajoy

Actualizada 01:30

Kim Jong-un se fabricó un sondeo para ser elegido el hombre más sexi de Corea del Norte. Que lo fuera de verdad es tan poco probable como que Jack el Destripador ingresara de voluntario en una ONG, pero los autócratas son así: transforman la realidad para maquillar su falta de honestidad. Aquí nuestro Sumo Líder tiene a José Félix Tezanos, que pasó sin pestañear de la ejecutiva del PSOE al CIS, para sacarse de la chistera cuantas trolas sean necesarias para que su jefe aparezca como el dirigente imbatible que por supuesto no es. De hecho, ha perdido todas las elecciones a las que se ha presentado. Todas.

Esta semana ha trucado los datos para que el PSOE se dispare hasta el 34% en estimación de voto; como cada vez que el CIS nos ofrece otra de sus manipulaciones habituales, me pregunto hasta cuándo este Estado va a soportar que con nuestro dinero se choteen así de los paganini. Estamos a merced de un sectario que ha tirado por la borda cualquier atisbo de vergüenza profesional –si es que algún día la tuvo–, para agarrar la escoba y barrer para 'su casa', como un instrumento más del aparato de Moncloa. Poco le importa no dar ni una –cómo olvidar cuando en 2021 adjudicó diez escaños de menos a Ayuso y diez más al PSOE y ocurrió justo al revés. Pero el daño está hecho: hablamos de una chapucera inducción al voto que sirve para alimentar a la clientela de la izquierda, dispuesta a apoyar la inmoralidad de los suyos con tal de que no gobierne jamás la derecha.

Si hay algún cargo público que deba mostrar una vocación más explícita por la equidistancia con el poder político, ese es el de presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas. El CIS es un organismo de propiedad pública, como el hospital de La Paz o la Biblioteca Nacional. Tezanos cobra 97.764 euros anuales y maneja un presupuesto de 15,94 millones de euros, el doble de lo destinado en 2018 por Mariano Rajoy. Ya se ha encargado su padrino de subirle la dotación para que no falte el carbón en la locomotora torticera de propaganda. El oportunismo del sociólogo socialista cada vez que pone en marcha un sondeo es un escándalo mayor que el anterior. Cambió el método, las series históricas, mete de rondón preguntas políticas en estudios sociológicos otrora prestigiosos y mudó la periodicidad de las encuestas para que supusieran un aldabonazo para las expectativas de su partido. Siempre hay miles de incautos que se abonan a la falseada verdad oficial, aunque sea un bulo como una casa.

El CIS es un organismo público que debe medir el sentir de los ciudadanos y, sin embargo, es un instrumento al servicio del PSOE. Bueno, de su secretario general. El hecho de que lleve seis años trucando las encuestas que sufragamos todos, mientras los institutos privados hacen en general un trabajo mucho más profesional y técnico, es un auténtico bochorno. Que siga ahí Tezanos a mí me parece una de las anomalías democráticas más repugnantes de nuestra vida pública a la que no nos podemos acostumbrar. Añadan ustedes a García Ortiz, a Begoña, al hermano del presidente. Todo lo que quieran. Pero el caso de este infecto CIS retrata una degradación moral irrespirable.

En 2021, el canciller austriaco, Sebastian Kurz, dimitió acusado de malversación y desfalco de dinero público por encargar y publicar en 2016 encuestas manipuladas para dejar en mal lugar al entonces líder conservador. Blanco y en botella. También hay un ministro alemán que en 2011 renunció por copiar una tesis, y Sánchez lo puso de ejemplo a seguir en la tribuna del Congreso. ¡Él lo puso de ejemplo! Pedir que Tezanos sea relevado suena a broma en esta decadente España nuestra, donde todo vale si vale para Sánchez. Pero yo volveré a hacerlo. Ahora una comisión en el Senado –no sé si servirá para algo– está ventilando la historia de esta corrupción institucional. Pero digámoslo ya: que siga Tezanos me parece de lo más nauseabundo que un Estado de derecho puede soportar.

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