Abordar desafíos
Y Begoña le ha dicho al juez que espere, que para eso está. Y que se dispone a viajar a Brasil y aprovechar esta valiosa oportunidad para abordar desafíos y fomentar el diálogo entre naciones
El mundo está gobernado por dos tipos de dirigentes. Los que abordan desafíos y los que no abordan desafíos. Así de sencillo. El que esto escribe es firme partidario de los primeros. La diferencia está en la actividad frente a la molicie. Un dirigente mundial, o su cónyuge, que aborda desafíos, no pierde el tiempo después de descansar durante la noche en tonterías. No mira a través de la ventana si luce el sol o cae la lluvia. No repara si en el desayuno le han dispuesto unos huevos fritos con beicon o unos huevos pochados. Su mente se centra exclusivamente en abordar desafíos. Otros, en cambio, se dejan llevar por la lentitud en abandonar el lecho, exigen huevos fritos y se enfadan si no tienen puntillitas en la clara, pierden el tiempo comentando las singularidades meteorológicas del día, y alargan en exceso el tiempo que no les sobra para peinarse adecuadamente. Begoña Gómez es de las primeras. Salta de la cama como atacada por un enjambre de avispas, Pedro aguarda en decúbito supino la llegada del médico que sigue día tras día la evolución de la herida que le produjo el palo de la escoba en Paiporta –que no le dio, pero le asustó una barbaridad–, y le pregunta a su esposa: –¿Dónde vas, pichona mía, tan rauda y veloz?–; y ella responde: –Peri, no puedo perder ni un minuto. Me dispongo a abordar desafíos y fomentar el diálogo entre las naciones–. Lógicamente, ante una respuesta así, Pedro enmudece, contempla a su esposa con admiración y permanece en la cama en espera de la visita del facultativo. –¿Qué tal la herida, presidente? –Me ha dolido bastante esta noche, doctor. No quiero ni pensar lo que me dolería si el palo de la escoba hubiera logrado el impacto–.
Viene a cuento este preámbulo, porque Begoña Gómez ha solicitado al juez el aplazamiento de su citación por hallarse de viaje para asistir a la Cumbre del G-20. La esposa del presidente del Gobierno debería acudir el próximo lunes, 18 de noviembre, para ser notificada de dos nuevos delitos por los que está imputada. Pero ha recibido una invitación personal de doña Janja Lula da Silva, esposa del presidente de Brasil, para que asista a la imprescindible cumbre climática. En su invitación, la señora Janja le garantiza que tendrá asiento en la sala plenaria, en la sala reservada, y en los espacios elegidos para celebrar las reuniones bilaterales.
Y Begoña le ha dicho al juez que espere, que para eso está. Y que se dispone a viajar a Brasil y aprovechar esta valiosa oportunidad para abordar desafíos y fomentar el diálogo entre naciones. Y ante eso, no hay juez con capacidad de reaccionar.
Hace años, una actriz de gran prestigio, cuya identidad me guardo por respeto a su fallecimiento, fue preguntado por un periodista woke, que en aquella época no sabía que era woke, cómo se sentía cuando no trabajaba. Y ella, la difunta, que no era cursi sino poética, respondió: –Me viene bien no trabajar de cuando en cuando. Así me abrazo, me fusiono conmigo misma y aclaro mi futuro–. Me dejó impresionado. El resumen no puede ser otro que el expuesto a continuación. Fusionarse consigo misma para aclarar el futuro es tan fundamental, o más, que abordar desafíos y fomentar el diálogo entre las naciones. Sin haber experimentado la fusión con uno mismo, ¿Cómo se puede pretender fomentar el diálogo entre las naciones? Y esa cualidad, esa virtud de nuestra Begoña, es la que ha inducido a Janja Lula da Silva, a contar con ella para que participe en tan importante foro.
El juez ha aceptado la demora. Lo malo es que sigue ahí, y no se le olvidará expedirle la cita cuando las naciones hayan diálogado y Begoña Gómez aprovechado la valiosa oportunidad de abordar desafíos.
Estamos de enhorabuena con gente tan seria representando nuestros intereses.