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El astrolabioBieito Rubido

La oportunidad de Podemos

Con los comunistas siempre el pasado te puede dar una sorpresa. La única posibilidad, pero no habrá agallas para ello, es romper con Sánchez: presentarse como la izquierda que no cayó en la corrupción

Actualizada 01:30

Es posible que haya jóvenes que desconozcan que hubo un tiempo en España en el que existía un partido en la extrema izquierda que quería asaltar los cielos. Sigue existiendo, aunque se haya desdibujado en la marea de Sumar y entre purga y purga, buscando la pureza. Ya solo queda el eco silencioso de lo que fueron aquellos años de vino y rosas contra el PP de Rajoy ¡Qué bien se vivía contra Mariano! Ahora solo quedan heridas por las que sangra la memoria. Apenas cuatro escaños y la comprobación de que los cálculos depositados sobre Yolanda Díaz fueron un error, El mismo que cometieron Beiras y los antiguos compañeros de la casi desaparecida IU de Galicia.

¿Cabe todavía la posibilidad de recomponer la vieja casa común de la extrema izquierda? Veo pocas probabilidades para ello. Las piedras sobre las que levantar el nuevo edificio están atacadas por la enfermedad de los personalismos. Solo les puede salvar la coyuntura de que vivimos en una España sin memoria, a la que se le puede inventar incluso un pasado. Con los comunistas siempre el pasado te puede dar una sorpresa. La única posibilidad, pero no habrá agallas para ello, es romper con Sánchez: presentarse como la izquierda que no cayó en la corrupción.

La realidad de Sánchez y su PSOE está deshilachada. El actual presidente es un hombre que se encuentra en su estado de mayor debilidad, aunque su ausencia de empatía, le puede condicionar a no percatarse de ello. Está débil en sus apoyos parlamentarios, ya que al fin y al cabo no ganó las elecciones. Y está débil porque le circundan los escándalos de corrupción, hasta llegar el hedor de un comportamiento corrompido, cosa inaudita, a la propia fiscalía general del Estado. De ello se percatan cientos de miles de sus votantes, pero no encuentran una referencia nueva y prefieren seguir depositando su confianza en un muñeco maltrecho que todavía da apariencia de poder.

Si Podemos tiene una sola oportunidad para acercarse a lo que quiso ser y no fue, es justamente ahora: presentándose como la alternativa de una izquierda menos cutre que lo que ahora mismo representa el PSOE. Al fin y al cabo, Sánchez ya radicalizó tanto a su partido, ya lo alejó tanto de la socialdemocracia, que el área ultra de la izquierda se la arrebató a Podemos. A lo mejor a Pablo Iglesias solo le resta devolverle la jugada a Sánchez pasando él a ocupar el espacio vacío. Reconvertirse en un líder socialdemócrata, más moderado, ahora que ya es mayor y no quiere asaltar los cielos.

Nada de lo anterior ocurrirá, pero qué divertido es imaginarlo.

(Escrito en un 28 de diciembre, día de los Inocentes, donde los tiempos ya no permiten inocentadas a la antigua usanza)

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