Tú te metiste, tú sales
Pues eso, Óscar, os metisteis en semejante lío, y ahora os corresponde a vosotros salir. No echéis la culpa a los demás
Oscar López es el ministro para la Transformación Digital –con cualquier otro presidente no hubiese sido ministro, ni él ni Oscar Puente ni Pilar Alegría- y candidato a enfrentarse en las elecciones próximas a Isabel Díaz Ayuso. Lo tiene difícil, pero que no sea por no intentarlo. Ya se comprobó su pegada electoral en Castilla y León, donde un veterano Vicente Herrera le dió un buen repaso. López es un reconvertido del rubalcabismo al sanchismo y ha adquirido a marchas forzadas los modos y maneras de su débil líder. El viernes pasado acusó a la presidenta de Madrid de «montar un aquelarre» con el caso de su novio. La verdad es que todo esto lo montaron ellos solitos. Nadie les mandó entrar en prácticas ilícitas y ahora resulta que la culpa es de la víctima. Muy de esta izquierda de moral asimétrica.
A medida que vamos conociendo detalles de la génesis de este escándalo, donde un fiscal general de escasa altura intelectual se presta a cometer supuestamente un delito contra un rival político del partido gobernante, vamos comprobando el nivel de ignominia que rodea en estos momentos al Gobierno de España. Quienes mostramos indignación por este caso, Colegio de Abogados de Madrid incluido, no es porque haya que defender a la pareja de una política determinada, aquí lo que estamos defendiendo es el derecho de todo ciudadano a que no haya abusos de poder contra nadie y que la protección de su intimidad esté a salvaguarda. La de él y la de todos los ciudadanos que tenemos que ser iguales ante la Ley. Porque cuando los tenebrosos políticos comprueban que se mueven con impunidad, ocurre que se empieza tirando un papel a la calle y se termina quemando Roma.
Así que estamos en un momento en que todo apunta al procesamiento de Álvaro García Ortiz y sus fiscales colaboradores, que podrían llegar incluso a ser inhabilitados. Mientras llega ese momento, el instructor de la causa, el magistrado Hurtado, que conoce mucho más de lo que de ese entuerto nos llega a la opinión pública, puede avanzar hasta depurar responsabilidades mucho más arriba.
En una ocasión, en un mitin en Cartagena de Indias, un reputado político colombiano se lío en su discurso al querer pronunciar la palabra «indivisibilidad». Quería referirse a la defensa de la unidad territorial de la patria común de los colombianos. No lograba pronunciarlo bien a pesar de sus reiterados intentos, y un agudo ciudadano que se encontraba en primera fila, con la facundia caribeña de los cartageneros colombianos le dijo: «Tú te metiste, tú sales…». Pues eso, Óscar, os metisteis en semejante lío, y ahora os corresponde a vosotros salir. No echéis la culpa a los demás.