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HorizonteRamón Pérez-Maura

Sánchez dinamita nuestra democracia

Que en un solo día el Gobierno haya decidido no someter al control parlamentario un enorme gasto de Defensa y que apoye el que el fiscal general del Estado nombre una nueva fiscalía especial para que le investigue a él demuestra que España, cada día más es una autocracia.

Actualizada 01:30

El Gobierno de la nación lanzó ayer dos cargas de profundidad contra el sistema democrático. Por una parte anunció una inversión de 10.471 millones en gastos de Defensa y simultáneamente «su» fiscal general del Estado anunció la creación de una fiscalía específica para los delitos contra la Administración Pública. Delitos que evidentemente son de corrupción y que quiere apartar de esa Fiscalía a la que no parece poder controlar.

Por partes. Es una monstruosidad pretender que un gasto de esta magnitud se puede hacer sin la aprobación del Congreso de los Diputados. Porque no es que no vaya a ir dentro de unos nuevos presupuestos. No se va a someter a ningún control. Solo las dictaduras más bananeras proceden de esta forma, disponiendo de los fondos públicos anteriormente asignados a unas partidas y consignándolas en otras nuevas. Y eso de la parte que se sabe, porque más de la mitad tienen un origen desconocido y, por lo tanto, si de verdad se hace la inversión, es inverosímil que se haga sin afectar a gastos sociales. Pero ya sabemos que la palabra del presidente vale 0. Todo él es una inmensa mentira.

Según la explicación de Sánchez una parte de los 10.471 millones provendrá de la «reorientación» de los fondos Next Generation, por ejemplo, sobre ciberseguridad. Y ¿qué se había hecho con esos fondos hasta ahora? ¿No será que la ciberseguridad no era considerada gasto de Defensa y Sánchez intenta colar un gol a nuestros aliados? Otra parte procederá de los «ahorros» de este Gobierno porque está gestionando «muy bien» la economía. El problema es que la deuda que tenemos acumulada sobre nuestro PIB nos dice que no tenemos un céntimo de ahorros y sí miles de millones de deuda que habrá que pagar. Y, por último, que la última parte vendrá «del margen que nos dan ciertas partidas que se incluyeron en los Presupuestos de 2023 -los que siguen en vigor- y ya no se necesitan». ¡Milagro! Tenemos miles de millones de euros presupuestados en 2023 sin utilizar y ya no se necesitan. Eso sí que es tirar con pólvora del Rey. ¿Se pueden hacer unos presupuestos tan a la ligera?

Una democracia sin control parlamentario no existe. Y lo que ayer nos dijo Sánchez es que él se pasa ese control por el arco del triunfo. Aquí él no tiene que rendir cuentas -nunca mejor dicho- a nadie. Y por lo que se ve, su fiscal general tampoco. Porque don Alvarone será quien decida cuál es el fiscal que le va a investigar. Lo nunca visto. El acusado decide en manos de quién pone su futuro.

Parece evidente que si cualquier proceso con la intervención de este nombramiento es recurrido en última instancia ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) el caso será fácilmente anulado por esa corte.

Que en un solo día el Gobierno haya decidido no someter al control parlamentario un enorme gasto de Defensa y que apoye el que el fiscal general del Estado nombre una nueva fiscalía especial para que le investigue a él demuestra que España, cada día más, es una autocracia.

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