Cartas al director
Yolanda Díaz es un bluf
Hace unos meses la extrema izquierda intentó poner en marcha la operación Yolanda Díaz. Desde ese primer momento ya pensé que se trataba de un bluf.
Empezando, en primer lugar, porque había sido elegida por el procedimiento ultraparticipativo y ultrademocrático del dedo del gran timonel.
Desde aquellos primeros momentos los medios de manipulación masiva (MMM) –que son el noventa por ciento– empezaron una campaña de blanqueamiento y embellecimiento a la par que ella iba cambiando su imagen personal para llegar a tener una imagen chulísima, según su propio vocabulario.
Ella, intelectualmente, no es ninguna maravilla y políticamente es una ingenua si cree que va a aglutinar por su cara bonita un gran proyecto de izquierdas.
Técnicamente, el conglomerado que ella pretende aglutinar es complicadísimo; el propio núcleo principal, Unidas Podemos, es como una cebolla con mil capas y ella misma es su ejemplo: ella procede del PCE, que a su vez está integrado en Izquierda Unida, que a su vez está integrada en Unidas Podemos, que a su vez se debe integrarse en un frente amplio dirigido por su cara chulísima, en el que estarían los separados errejonistas a los oltras de toda condición regional y a hasta a alguna musulmana antiespañola. Sencillamente un imposible ya que la extrema izquierda lleva en su propio ser el querer mandar cada uno en su cortijo siguiendo su ADN estalinista y la prueba la veremos pronto en Andalucía, donde todos andan a la greña y donde todos van a intentar salvar su culo de la quema que para ellos van a ser las urnas andaluzas.