Carta al líder de la oposición

Desde antiguo, incluyendo a los escolásticos del medievo, se ha afirmado que un pueblo no tiene la obligación de aceptar o soportar a cualquier Gobierno que no cumpla ni con la ley ni con la moral pública, existiendo un derecho de resistencia como legítima defensa colectiva. Pues bien, estamos en un Estado de derecho y tenemos una Constitución que cumplir. En este sentido, la única vía legítima para exigir responsabilidad política al Gobierno de Pedro Sánchez es con una moción de censura, independientemente de que el partido político que la proponga pueda tener apoyos suficientes en el Congreso de los Diputados para que la gane o no. En España ha habido ya muchas mociones de censura y casi todas, con la única excepción de la que ganó Pedro Sánchez a Rajoy, fueron infructuosas pero, necesarias en cada momento, para poner a cada uno en su sitio. Para concluir, un Gobierno cuya ministra de Igualdad calumnia al colectivo de jueces y magistrados, el tercer Poder del Estado, de prevaricar en el cumplimiento de las leyes, dictando sentencias injustas «por machismo», no puede seguir en el cargo, por no ser cesada por el Presidente de este Gobierno en cuestión y, ese mismo presidente, en una reunión internacional, afirmar que ha sido Rusia quien ha atacado, deliberadamente, a Polonia, sin pruebas de ningún tipo, con las consecuencias políticas en materia exterior que ello implica, tampoco puede seguir ejerciendo la máxima autoridad en el Gobierno de la Nación. Y no amplío otras circunstancias totalmente injustificables como la desastrosa política económica, los pactos con los secesionistas, el abandono de las funciones públicas, la política de indultos, y un largo y penoso etcétera. Por lo tanto, que el líder de la oposición haga su trabajo. Así de claro.