Cartas al director
Las ministras, su ignorancia y su juego sucio
«Hay jueces que están incumpliendo la ley», son «prevaricadores y machistas». Frases de Irene Montero, que ya tendría que estar en casita y sancionada por dictadora, sátrapa y anárquica revolucionaria, porque ha cometido un delito de odio, desprecio y falsedad contra el poder judicial, el orden constitucional y el Estado de derecho. Si se va de rositas, ¡apaga y vámonos! He ahí la catadura de quienes nos están gobernando, cuyo único objetivo es inflarse de dinero a costa de los españoles, los muchos, que pagan impuestos, y otros, los que están en las colas del hambre porque están parados de verdad sin recibir nada, o porque su poder adquisitivo está por debajo del salario mínimo, viviendo en el umbral de la pobreza.
Y eso que quienes nos gobiernan se catalogan de socialistas y comunistas. Lo de socialistas, caraduras oportunistas que viven del pueblo, en lugar de servir al pueblo, algo misterioso e insólito, a pesar de propagar, por activa y por pasiva, que son progresistas y defensores de los más débiles. Y, lo de comunistas, nunca mejor dicho, lo mío, mío, y lo tuyo también. No sé por qué no se van a vivir a Cuba, a Venezuela, o a China. Y, si a alguien hay que pedirle que pruebe suerte en esos países, porque la sanidad, según ella, es muy mala, es a Mónica García.
No sé si estas ministras comunistas y de podemos trabajan como el ministro de la película El turismo es un gran invento o se pasan el día jugando al «corre que te pillo», a «la pavita la pavana», a «la rayuela del sí es sí», o maquinando diseños de pancartas contra Isabel Díaz Ayuso, enseñando progresía feminista para atacar a los jueces de «machistas», o machacando, con su idea fija, erre que erre, con lo de la «ultraderecha».
Sea por lo que fuere, por sus progresías feministas, su ignorancia y su juego sucio, no merecen formar parte de un Gobierno en la España democrática que tanto trabajo nos costó conseguir, tras esa Transición democrática, y esa Constitución española.