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Cartas al director

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Cada día conozco más casos de personas incluidas en el sistema de sanidad público que recurren sin embargo al médico particular para un caso concreto, o bien contratan un seguro privado de asistencia. Y por lo que parece no se debe a desconfianza en los profesionales de lo público, sino en los dilatados tiempos de espera para ser atendidos, en algún caso más de un año.

Tanto en un caso como en el otro, asistencia en caso concreto o como tomadores de seguro, las personas que recurren a estos procedimientos pagan dos veces por el mismo servicio, y de paso, y esto es importante, descargan de trabajo a la sanidad pública, tanto en especialidades como en asistencia primaria. Parece de justicia que puedan resarcirse de ese gasto extraordinario, que lejos de ser un lujo, se usa para recobrar la salud, y el modo inmediato de hacerlo sería a través de su deducción en la declaración anual del IRPF, de hecho, hubo una época en la que desgravaban parcialmente los seguros médicos particulares.

Más aún, si las cuotas a sindicatos o a colegios de licenciados se descuentan en su totalidad del total de la remuneración anual recibida, más lógico resulta que se conceda lo mismo respecto a estos gastos médicos.

Mientras se resuelve el problema del atasco en sanidad se podría admitir esa deducción, y estamos a tiempo de que se aplique ya para la declaración del IRPF del año 2022.

Luciano Ibañez Dobon

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