Maneras en la política

En España, después de tantos años tras aprobar la Constitución, las diferencias políticas están a la orden del día. Maneras de actuar que, por lo que estamos comprobando, a las izquierdas le sienta como un tiro perder el poder. Maneras de actuar muy abismales, por lo que les cuento, según hemos comprobado.

¿Se acuerdan de aquel 29 de noviembre de 2022 cuando el presidente en funciones del Congreso de los Diputados actuó contundentemente con la diputada de Vox cuando dijo que, «el Gobierno premia a los filoetarras», y Gómez de Celis, del PSOE, en tono amenazante, le pidió que retirase la calificación de «filoetarra», pero ella se mantuvo en sus trece, y fue expulsada?

Y, en contraposición, ¡he ahí la cuestión!, ¡he ahí la gran diferencia tan abismal!, el presidente del Parlamento Andaluz, Jesús Aguirre, del PP, el día 9 de marzo de 2023, ante la impresentable argumentación de un parlamentario de Adelante Andalucía, José Ignacio García, llamando al partido de Vox, «partido de los maltratadores», se limitó a reprenderlo con gestos lagrimosos de cocodrilo, sin ser capaz de expulsarlo del Parlamento al negarse a retirar esas palabras. ¿Por qué esa cobardía? ¿Por qué esa mala imagen mostrando un auténtico complejo de inferioridad ante el pueblo andaluz, y más en concreto, con los afiliados y votantes del PP?

Y, si todo esto demuestra la gran malintencionada desfachatez de unos, frente al buenísimo decoro y prudencia de otros, actuaciones, las unas, para desestabilizar al electorado con majaderías de sexualidad en pleno siglo XXI, y creando un irracional miedo a la derecha; y las otras, con ese absurdo dejar pasar, sin ser capaces de cantar las cuarenta a quienes no ven la viga en su propio ojo, y ven la paja en el ojo ajeno, conseguirán aburrir a gran parte del electorado, quedándose, este, en su casa.

Prueba de que el socialcomunismo extremista ve el panorama electoral tan negro, se confirmó en las manifestaciones del 8 de marzo, intentando confundir las churras con las merinas con palabrerías y descalificaciones. Y, para confusión, el no va más, la actuación de Pedro Sánchez, cuando, viéndose tan acorralado por esas ideológicas y perversa leyes aprobadas por él y sus compinches, y por el nuevo caso Mediador y Tito Berni, en la sesión de control del día 7 de marzo de 2023, se limitó a arrojar su tinta de calamar y encender su «gobbeliano» ventilador, sacando a relucir una foto de Feijóo del año 2013.

Si el PP no actúa contundentemente y detiene, de una vez, estas actuaciones del socialcomunismo extremista, la campaña electoral va a ser de aúpa, como las de antaño, con ese genético eslogan que los distinguen, «que viene, que viene, que viene la derecha», y con su machacón dóberman incluido.