Poder absoluto

¿Somos conscientes de lo que supone la inminente Ley de Seguridad Nacional? Atribuye un poder inmenso al presidente en casos de crisis diluyéndose el control jurisdiccional y del propio Parlamento. Ante una situación que se «considere» que compromete la seguridad de la nación y de sus ciudadanos, el máximo mandatario con su Consejo de Ministros se saltan varios cercos que sobrepasan lo estipulado en la Carta Magna, pues la emergencia y la urgencia del momento lo hacen necesario: los ciudadanos estarán obligados a colaborar personal y materialmente, si la situación lo aconseja, requisándole todo tipo de bienes sin prestación de indemnización alguna. Aunque el texto no es aún definitivo atisba los derroteros habituales de actuación de este ejecutivo del diálogo y el consenso cuyos actos pasados desvelan justo lo contrario. Además, si se trabaja obligado «por el bien nacional» sin ninguna contraprestación a cambio, las consecuencias pueden ser imprevisibles, nada halagüeñas. ¡Ah!, en cuanto a la racionalización del gasto se mantiene el mismo proceder, creación de nuevos departamentos y ya van nueve dependientes de Moncloa con sus respectivos cargos de confianza y personal administrativo, y ministerios, ¿para qué suprimir los vacuos?, siempre habrá algún amigo al que colocar, total siempre paga usted.