Maura y el Rey

He leído con atención la columna de don Ramón Pérez-Maura reivindicando la memoria de don Gabriel Maura. Quiero decir que desde ciertos sectores de opinión conservadora se ha acusado a algunos ministros del último Gobierno del almirante Aznar de traidores a la Monarquía por no haber aconsejado al Rey el uso de la fuerza para evitar la llegada no constitucional de la Segunda República (solo fueron unas elecciones municipales). En ese Gobierno estuvo mi bisabuelo Álvaro Romanones quien, como la mayoría, junto con el propio general Sanjurjo, entonces director general de la Guardia Civil, aconsejaron al Monarca que no se podía impedir, sin un sangriento enfrentamiento, restablecer la Monarquía Constitucional.

Como es sabido Don Alfonso expresó claramente que por su causa no «habría de derramarse una gota de sangre española».

Conozco de memoria el breve trabajo de Romanones «De la Monarquía a la República, historia de cuatro días». Es cierto, como pone de manifiesto don Ramón, que tan solo don Juan de la Cierva (compañero de Romanones en Bolonia) fue quien defendió con fuerza el uso de la represión. No es menos cierto que muchos antes y después de la Guerra Civil denostaron a Romanones como traidor al Rey, pese a ser total y absolutamente monárquico alfonsino constitucional.

Hay que reiterar alto y claro que estos ministros del último Gobierno del Rey quisieron evitar que ocurriera a la familia del Monarca lo que habido sucedido no más de 15 años antes en Ekaterinburgo.