Cartas al director
Ausencias en fechas del Tenorio
Aparte de ese enjambre de partidos independentistas y más de uno golpista (previsibles apoyos para el eventual «Gobierno de desgobierno» de Pedro Sánchez), dos ministras –Montero y Belarra– y un ministro –Garzón–, los tres en funciones, se han negado a acudir a la jura de la princesa Leonor, en demostración de su rabioso antimonarquismo, Hablamos no de tres activistas políticos ejerciendo su derecho a disentir de la forma de Estado recogida en el art. 1.3 de la Constitución, sino de tres altísimos cargos institucionales del reino –¡reino, sí!– de España, que acataron formar parte de su engranaje esencial, y ello no de modo altruista, sino a cambio de sustanciosos emolumentos provenientes de las arcas públicas.
Su ausencia deliberada en la jura de la princesa es, por ello, mucho más que un mero «cabalgar contradicciones» (en expresión del exvicepresidente Iglesias Turrión, pareja de la mencionada ministra Montero...): supone posiblemente un grave incumplimiento constitucional, aparte –y esto es palmario– de una intolerable bofetada tanto a la Corona como al bienintencionado pueblo español, que ve cómo tres de sus máximos encargados públicos, a quienes religiosamente paga a través de los impuestos, deciden de forma arbitraria y caprichosa –resabios dictatoriales de libro– saltarse las reglas en este solemne juego de ritos, símbolos de la identidad nacional, los cuales forman también parte de nuestra vida democrática.
Soberbia, falta de respeto, chusco populismo... Y estos tres personajes todavía se espantarán, clamando al Cielo como don Juan Tenorio, de Donald Trump.