Si esto es una democracia

Si bien es cierto que el Poder Ejecutivo ha recibido la confianza de la mayoría del Congreso, admitir la formación de comisiones de investigación para evaluar un posible lawfare (prevaricación judicial) en el procés no tiene precedente en ninguna democracia auténtica. Ello no deja de ser una intromisión en la separación de poderes coartando la necesaria independencia de los mismos.

Que se vete la participación de medios de comunicación como éste en ruedas de prensa o viajes oficiales impide el derecho a la libre información que ostenta el ciudadano, que puede y debe buscar información alternativa a la oficial del ejecutivo.

La legitimidad del Gobierno parte del respeto a las decisiones tomadas por los ciudadanos a los que previamente a su ejercicio al sufragio universal se le ha comunicado el programa electoral que se llevará a cabo sin ases en la manga como la amnistía tan inconstitucional y negada previamente y que tantos parabienes nos aportará ahora a todos los españoles.

España es un Estado social y democrático de derecho entre cuyos valores fundamentales se encuentran la igualdad, conculcada ahora con los diversos pactos de minorías residuales que no llegan al 2 % de los votos por separado, y el pluralismo político, perseguido desde el Ejecutivo al intentar conformar un muro contra, según ellos, los antidemócratas votados por más de once millones de españoles, más del 45 % del electorado.

Si esto es una democracia debe prevalecer la separación de poderes, la libertad de prensa, el pluralismo político sin cordones sanitarios y la igualdad de todos los ciudadanos de España, patria común e indivisible, según el artículo dos de la vigente Carta Magna que, además, menciona la solidaridad de todos sus territorios. Todo esto queda claramente en entredicho por siete escaños, es decir, el 1'6 % de los ¿españoles? Quizás nuestra democracia no resplandezca tanto como se afanan en repetir desde el Gobierno.