Elecciones inminentes
Sánchez no puede presumir de otra cosa que no sea devolver favores, rendir pleitesía a sus aliados y llenar los telediarios de propaganda que justifique su estancia en Moncloa
¿No echan de menos unas elecciones para este año 2025? No habrá en Cataluña, tampoco en el País Vasco ni en Galicia… ni siquiera autonómicas o municipales. Falta un poco de salsa para este nuevo curso, unos comicios en los que tirarse los trastos los unos a los otros para que al final no pase nada y todo siga igual. Aunque no descarten nuevas generales si al todopoderoso líder se le antoja o si le viene bien por lo que sea, ya sea para ganar poder o tiempo.
Sánchez tiene la potestad de convocar a las urnas cuando se le venga en gana, lo que no quiere decir cuando le venga bien al país o cuando sea necesario. El presidente del Gobierno juega con la carta de todos los procesos judiciales que hay abiertos en su entorno, que pueden caer de su lado o del contrario. Si el día de mañana, los juzgados deciden archivar el caso de su señora, no tengan dudas de que al día siguiente nos llamarán a las urnas, como si resuelven a su favor el entuerto de su hermano. El relato ha establecido que la malvada ultraderecha ha diseñado un compendio contra el presidente por ser quien es, no por lo que ha hecho, y lo llevará hasta el final cueste lo que cueste.
Lo peor de todo es que la jugada le puede salir favorable. Si hoy se celebrasen las elecciones, la unión de PP y Vox se alzaría con 178 diputados en su horquilla más favorable, un margen de solo tres escaños (cuatro contando con UPN), que pondría en riesgo cualquier tipo de gobierno conservador. Y eso teniendo en cuenta que vamos a escándalo por día. Así que bastaría con que la izquierda alimentase el miedo a la malvada ultraderecha para rascar esos votos que permitieran otro Frankenstein para seguir en Moncloa, lo que no quiere decir para gobernar.
Lo hemos visto a lo largo del tiempo. ¿Qué ha hecho Pedro Sánchez en sus seis años de gobierno? El presidente no puede presumir de otra cosa que no sea devolver favores, rendir pleitesía a sus aliados y llenar los telediarios de propaganda que justifique su estancia en Moncloa, porque, aunque no haga nada, siempre será mejor que un gobierno de derechas.
Se oye hablar de lo mal que está la vivienda, del problema del paro juvenil y de la parálisis de la Justicia, que tarda años en resolver lo que debería hacer en meses. Pero no se escucha que de todo esto se podría haber ocupado un señor que lleva desde 2018 en el poder y que todavía sigue culpando al PP de todos los males del país.