Cabalgando contradicciones

La verborrea progresista se ha incautado también del Día de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, no caben postulados distintos a los suyos. El auténtico feminista tiene que comulgar con su credo y actuaciones, aunque, por desgracia o ineptitud, los datos objetivos de víctimas no mejoran año tras año. Estamos ante unas políticas claramente erradas, pero persisten en la confusión y el maniqueísmo.

Las partidas económicas son crecientes y se difuminan sin control ni resultado palpable, y aquellos que osan alzar la voz y proponer otras alternativas, rápidamente son solapados y tachados de fascistas. Término usado contra sus oponentes para silenciarlos, pero que bien define su proceder autoritario y antidemocrático.

Pretender confiar en esta jaula de grillos o cajón de sastre que maldirigirá el país inexorablemente desde allende de nuestras fronteras es de una candidez inusitada.

¿Una coalición demencial que va a generar inevitablemente desigualdad y enfrentamiento entre los ciudadanos con la ahora «constitucional» ley de amnistía «ad hoc» pretende conseguir algún avance en la igualdad de género?

Toda una triste sátira grotesca en la que sucumben hasta sus más acérrimos seguidores que no terminan de ver la luz al final del túnel, pues sus mismos gerifaltes se la ocultan.

Quizás la única y más eficaz vacuna contra la violencia de género sea la educación, ésa misma que ellos se han empeñado en asolar.