Cartas al director
El manchego «facha»
Todos estamos advertidos: quien no quiera subirse a la moto del presidente del Gobierno, ese corredor suicida que conduce a golpes de manillar –«cambios de opinión»– por las pistas de España, es no ya sólo un indigno ciudadano pedestre, sino un perseguible retrógrado contrario al «progreso nacional» de gran cilindrada sobre dos ruedas: la del Sánchez que dice y la del Sánchez que se desdice, en carrera a velocidad máxima hacia el banderín de meta ondeado por el cada vez más sonriente golpista Puigdemont.
Pero a la escudería del PSOE le ha salido un piloto crítico contumaz: Emiliano García-Page, al frente de la Autonomía de Castilla-La Mancha, quien ha cuestionado la constitucionalidad de los pactos con independentistas para que su partido ocupe la «pole position» en la parrilla de salida de la recién iniciada legislatura de este país.
Y el ilustre manchego se ha convertido en hereje. Es decir, que en terminología de calle del actual Régimen en el poder, García-Page es un perfecto «facha», que ha osado denunciar el asfixiante aire de secta en que se ha convertido la formación política en la que milita.
Derecha, ultraderecha... Ahora también la disidencia socialista es «facha». El fonema /ch/ no abandona la boca de los fanáticos seguidores de esta insólita izquierda que nos maldirige... Pero, por lo que se ve, esos fanáticos no han caído en la cuenta de que tal fonema /ch/ de '«facha» forma parte intrínseca del apellido «Sánchez» que lleva su líder.