Elecciones al Parlamento Vasco

Susurran los corifeos del PSOE que las próximas elecciones al Parlamento Vasco traerán una bocanada de oxígeno a su maltrecha situación actual: llave de gobierno y adiós al mal trago gallego. Por contra, la derecha española es irrelevante en el País Vasco y así se verá el 21 de abril.

Nada más lejos de la realidad. Ya en el Parlamento que se cierra, entre PP y Vox disponían de 6 y 1 representantes, respectivamente. Con los 31 del PNV daban la mayoría absoluta, que se cifra en 38. Diferente es que el PNV tenga sus peculiaridades.

Con una previsible bajada de PNV y PSOE en algunos diputados, los jeltzales pueden encontrarse con una suma insuficiente con el PSOE y la necesidad de incorporar a Sumar y/o Podemos. Mal panorama para sus votantes, diga lo que diga Ortuzar. Por otra parte, una hipotética coalición con Bildu, por la que ya tañen algunas campanas entre estos últimos, significaría un abrazo del oso no muy apetecible para ellos, y muy grave para España, aunque esto les importe bien poco.

En este escenario, con nueve o diez diputados PP y Vox pueden arrebatar al PSOE la exclusividad de la llave de gobierno. Para ello, está de nuevo la Acción Conjunta que despreciaron en Galicia, poniendo a España a los pies del patíbulo. Un pacto con el PNV –tan cambiante él– podría llevar a la moción de censura en Madrid, con elecciones nacionales a la salida del verano. Pánico en Moncloa. Esa debe ser la ambición nada imposible de ambos. Pero divididos no se llega. Acción Conjunta pormenorizada provincia a provincia, extensible en su momento a las elecciones catalanas, donde el predominio de diputados en el Parlamento está invertido. Acuerdo tipo do ut des (te doy para que me des). No más complejos ni soberbias. España está antes.