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Cartas al director

Resurrección

Es este un vocablo que por antonomasia se refiere a la resurrección de Jesucristo; el mundo cristiano celebra su regreso y reaparición en el mundo de los vivos. El ser humano en el transcurso de la vida ve que hay momentos y circunstancias en las que para sobrevivir necesita imperiosamente una renovación, un renacimiento; en suma, una resurrección de espíritu, un cambio en su proceder, un giro radical en su comportamiento consigo mismo y en las relaciones con el prójimo. Semana Santa es una época idónea para viajar, salimos fuera de nuestro entorno habitual para ver otros lugares y uno se pregunta si acaso esos días no son los más propicios para embarcamos en un viaje, sí, pero espiritual y moral; una introspección, una especie de resonancia magnética para examinarnos en detalle, que nos obligue a reflexionar y llegado el caso propicie una resurrección. A veces contemplamos que desgraciadamente el mal en sentido lato también resucita: injusticias atroces que claman al cielo, crímenes abominables que te arrancan las entrañas máxime cuando las víctimas son niños y guerras apocalípticas que debemos detener. No olvidemos que las sociedades en su conjunto, llegado el momento, también precisan de una catarsis que las libere y purifique, a saber, que sientan que han resucitado aunque errónea y ufanamente crean que están vivas y libres cuando en realidad son esclavas; una esclavitud que las adormece y narcotiza cuyos látigos y argollas no son físicos. Resurrección.

Francisco Javier Sáenz Martínez

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