Cartas al director
Independencia
Corría el año 2000 y nos preparábamos para el cambio de siglo y de milenio. A la mayoría de la sociedad le preocupaba que los ordenadores dejaran de funcionar y se produjese un cataclismo a nivel mundial. Ese año, ETA mató a 23 personas.
En esa época tuve la gran suerte de colaborar con Isabel Ferro Carballo, Presidenta de la Federación Provincial de Mujeres Rurales de Pontevedra, federación que aglutinaba a unas 12.000 mujeres. Recuerdo su empuje y su carisma, pero sobre todo su humor. Fue la primera vez que jugando al subastado, escuché a alguien replicar el famoso «Arrastro» de su rival. Ella contestó muy seria: «Os collons por un canastro».
Por mi labor en la Federación, tuve la oportunidad de conocer a muchos políticos. Uno de ellos, fue el otrora brillante portavoz del PP en el parlamento gallego, el senador Vázquez Portomeñe, al cual le gustaba veranear por Nigrán. Ese verano, nos reunimos con él, Isabel y yo en una terraza de Panxón. Y entre otros temas triviales, ella le preguntó su opinión sobre ETA, el País Vasco y su independencia. En marzo, el PNV acababa de ganar en su autonomía las elecciones generales, empatado con el PP en número de escaños. Portomeñe dejó de sonreír y le soltó muy serio que creía que tardaría más o menos, pero que la independencia del País Vasco se iba a producir. Me quedé atónito, no tanto por la frase en sí, si no por la seguridad de su afirmación. Isabel me miró y me dijo «Eso no lo veré yo, pero seguro que tú sí». Pensé que era otra de sus bromas.
Me entristeció muchísimo su fallecimiento. Tanto, que no tuve el valor para ir a despedirla. Solo quería decirle desde aquí, que se le echa de menos y que por desgracia, ahora sé que no estaba bromeando. Que tenía toda la razón.